lunes, 17 de mayo de 2010

Sonidos de viento y percusión



Fotografías (de arriba-abajo)
1. Ceremonia de la marcación del ganado y músicos tocando el longor. Huancayo, Junín. Archivo Moisés Balbín Ordaya. 2. Ceremonia de la marcación del ganado y músicos tocando waqra corneta. Huancayo, Junín. Archivo Moisés Balbín Ordaya. 3. Zampoñas, sikus o chaka sikus. Caña bambú. Benito Tito Quilla. 2004. Puno. Colección particular. 4. Tambor. Piel de mono, madera, liana y fibra de chambira. Década 1950. G. E. Shetebo. Colección Museo Nacional de la Cultura Peruana – Ministerio de Cultura del Perú. 5. Tarkas, quenas, pinkillos (izquierda a derecha) y pitos o flautas traversas (centro). Madera y caña. Segunda mitad del siglo XX. Huancané, Puno. Colección Museo Nacional de la Cultura Peruana – Ministerio de Cultura del Perú.

Sonidos de Viento y Percusión fue una exposición temporal de instrumentos musicales tradicionales andinos y amazónicos que presentó el Museo Nacional de la Cultura Peruana el año 2004 bajo la curaduría de la historiadora de arte Sirley Ríos Acuña. En dicha oportunidad se expusieron una selección de instrumentos de viento y percusión con el objetivo de dar cuenta de la milenaria tradición musical en nuestros territorios, desde el inicio de las sociedades andinas prehispánicas hasta el Perú de hoy.

La propuesta fue presentar la gran variedad regional actual de instrumentos musicales tradicionales vigentes, estableciendo así continuidades. Sin descuidar sin embargo los cambios que han producido variaciones y diversidad, enriqueciéndolos, y los que han afectado y afectan a las expresiones musicales y que amenazan la pervivencia misma de estos  instrumentos tradicionales.

El interés fue, desde esa perspectiva, contribuir al registro, para la memoria; a la documentación, a través de los objetos,  y a la difusión de la importancia de su preservación. La música en relación con la cultura y la sociedad es un importante referente de identidad,  así como un medio de afirmación y fortalecimiento de identidades colectivas.

La muestra presentó una colección de instrumentos musicales prehispánicos como antecedentes de los actuales. La sección etnográfica se dividió en dos áreas: la andina  y la amazónica. Las antaras o sikus, las quenas, flautas de pico y traversas, silbatos, trompetas, tambores y sonajeros, en todas sus modalidades, estaban representados en ambas áreas. En el área andina destacaba una trompeta pocas veces mostrada a un público fuera del contexto rural, como fue el longor, empleado en las ceremonias ganaderas de Huancavelica y Junín. En el grupo amazónico sobresalían singulares silbatos de caña usados entre los Asháninka para cazar al ave poroto-guango.




La pintura popular en el Perú


Fotografías (de arriba-abajo)
1. Procesión del Corpus Christie. La Inmaculada. Pintura sobre tela. Cusco. Coleción particular. Fotografía: Sirley Ríos Acuña.
2. Qellqay. Pintura sobre tabla. ADAPS. Sarhua, Ayacucho. Tomado del libro: Josefa Nolte. Qellqay. Arte y vida de Sarhua. Comunidades Campesinas Andinas. 3. Detalle representando músicos. Pintura sobre tabla. Primitivo Evanán. 2009. Sarhua, Ayacucho. 4. Shotö. Tintes naturales sobre tela teñida con nogal. Roldán Pinedo y Elena Valera. G. E. Shipibo. Ucayali. Colección particular. Fotografía: Sirley Ríos Acuña. 5. Aves. Pintura sobre llanchama. Víctor Churay. G. E. Bora. Loreto. Colección particular. Fotografía: Sirley Ríos Acuña.


domingo, 16 de mayo de 2010

Flora Zárate, entre dos mundos




Por Sirley Ríos Acuña

Debido a los fenómenos migratorios del campo a la ciudad han llegado a Lima personas de todas las provincias y dentro de este grupo se ubican la mayoría de mujeres que elaboran arpilleras quienes como parte de su cotidianeidad y tradición cultural de origen no desconocen las labores de la textilería y la bordaduría. Este hecho ha favorecido la rápida adopción y difusión de la arpillera.

Dentro del grupo de mujeres migrantes que elaboran arpilleras, pero perteneciente a una generación más joven, se encuentra Flora Zárate Sulcaray, nacida el 11 de junio de 1982 en el distrito de Alcamenca, provincia de Víctor Fajardo, región de Ayacucho.

Su padre Aniceto Zárate agricultor y su madre Genoveva Sulcaray tejedora de mantas, fajas, ponchos y chompas.

De su madre hereda los conocimientos tradicionales de la textilería y la bordaduría. Flora recuerda que le gustaba bordar flores para unos pequeños manteles de mesa y que tejía fajas.


Sus estudios de primaria lo realizó en Alcamenca. En 1997, a sus 13 años, migró a Lima para trabajar durante sus vacaciones pero se quedó en la ciudad para continuar sus estudios secundarios.

En el año 2000 Flora visita el Museo Galería de Arte Popular de Ayacucho y queda cautivada al observar, por primera vez, un conjunto de arpilleras expuesto en una de las salas. Tomando como referencia estas arpilleras, produjo sus primeras obras que, según cuenta ella misma, eran "rústicas". Poco a poco fue reconociendo los materiales y encotrando su propio estilo. Algunas imágenes las tomaba de cuadros reproducidos en libros y otras surgían de su memoria.

Después de haber concluido sus estudios de secundaria ingresó el año 2001 a trabajar como personal de limpieza al Museo Galería de Arte Popular Ayacuchano de Nicario Jiménez. Mientras realizaba la labor encomendada se dedicaba, en su tiempo libre, a elaborar arpilleras.

Para incrementar sus conocimientos artísticos, Flora asistió a un seminario sobre iconografía de los textiles andinos (2001) y seguió estudios de dibujo y pintura andina (2004) y técnicas de tejidos con insumos naturales (2005), dictados en el Museo Galería Arte Popular de Ayacucho. Nicario Jiménez, director de esta institución, la pone en contacto con la señora Cila Montesinos, encargada del Grupo Compacto Humano del Centro Comunal Artesanal Puertas Abiertas (CCAPA) de Pamplona Alta, donde consolidó su aprendizaje en el arte de la arpillería.

Esta joven artista hoy en dia se encuentra en pleno desarrollo de su capacidad creativa y en proceso de búsqueda e indagación de la técnica y los materiales que van a dar origen a sus obras. Se nutre visual y culturalmente en los viajes que realiza al extranjero para exponer.

Debido a que su producción de arpilleras no es masiva y es trabajada sólo por ella, es que sus obras denotan su sello personal en cuanto al manejo del espacio y el color, además de la forma como plasma y aborda la temática particular que le interesa representar. Sólo elabora cuadros artísticos y no ha incursionado en objetos utilitarios que son arpillados.

Debido a que la artista migrante, en este caso Flora Zárate, no se ha desligado social ni ideológicamente de su lugar de origen étnico-geográfico es que encontramos en su producción plástica una vinculación entre el campo y la ciudad, que no se excluyen y que dan cuenta de un tipo de campo y ciudad con sus respectivos sujetos protagonistas.

Resulta interesante su inquietud por plasmar nueva temática vinculada a su vida y cómo interpreta visualmente esa experiencia acumulada en el ámbito rural y urbano, además de incursionar a un mundo global a través de sus viajes al extranjero.

Bibliohemerografía

Ríos Acuña, Sirley.
2007 Flora Zárate: entre dos mundos. Catálogo de exposición. Lima, Museo Nacional de la Cultura Peruana, febrero.
2007 Entre dos mundos. En: La Gaceta Cultural del Perú, Nro. 25, Lima, INC, enero, pp. 38.
2004 Una aproximación al estudio de la arpillería peruana. En: Artesanías de América, Nro. 57, Cuenca – Ecuador, Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares – CIDAP, diciembre, pp. 93-120.
2000 Arpilleras de Pamplona. Catálogo de exposición. Lima, Museo Nacional de la Cultura Peruana, abril.


lunes, 3 de mayo de 2010

Apillera peruana


Fotografías (de arriba - abajo): Sirley Ríos Acuña.
Arpilleras de Flora Zárate: 1. Mercado. 2. Pueblo joven. 3. Fiesta. 4. Pastoreo.


Por Sirley Ríos Acuña


La arpillería se ha convertido en el Perú en una actividad artesanal característica de las zonas urbano marginales de Lima y provincias por lo significativas que son en la vida y las economías de las familias de extrema pobreza.

La arpillera es una expresión plástica popular urbana, que en principio, alude a un cuadro confeccionado con una serie de aplicaciones o superposiciones de figuras de retazos de diversas telas que se cosen y bordan sobre un soporte de tela mayor y una base de papel, tela o pelón. Se complementan con figuras y elementos en volumen (muñecos, animales o frutos), así como con otros materiales (paja, plástico, madera, etc), componiendo escenas de variada temática. Es un cuadro trabajado a la manera de un collage. Incluso para el caso peruano, hoy en día se considera en el rubro de la arpillería otras piezas que se apropian de la técnica. Vemos ferias y tiendas artesanales inundadas de chompas, mochilas y polos "arpillados" cuyos acabados aplicados y bordados derivan también de la técnica del género arpillera.


ANTECEDENTES
La arpillería fue popularizada por las mujeres de los barrios urbano marginales del Perú y de otros países latinoamericanos a partir de la década de los setenta, cuando en Chile se hicieron famosos unos "cuadros parlantes", después del golpe militar del general Pinochet al gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende, en el año de 1973.

Las madres, hijas, hermanas y esposas de los detenidos-desaparecidos levantaron sus voces de protesta a través de sus arpilleras que circulaban de manera anónima protegidos por la Vicaría de la Solidaridad.

Las arpilleras surgieron en Chile entre las mujeres de las llamadas "poblaciones" como una necesidad de expresión, de protesta y de hambre.

La temática predominante fueron de carácter político y social: cárceles, matanzas, presos políticos, desaparecidos, exiliados, obreros, comedores populares, falta de servicios básicos, demanda de derechos humanos, etc., motivo por el cual las obras se distribuían anónimamente por temor a las represalias de la dictadura.

El primer taller de arpilleras que se creó en 1974 fue por iniciativa de la Asociación de los familiares de los detenidos-desaparecidos con ayuda de la Vicaría de la solidaridad. Cuando en 1991 terminó la Dictadura muchos talleres de arpilleras se cerraron.

LA ARPILLERÍA PERUANA
Orígenes
El origen de la producción de arpilleras en el Perú ha sido mitificado por las mismas artesanas y cada una o el grupo al que pertenecen tiene su propia versión. Como es sabido, el ser considerado como “iniciadores” de una determinada actividad artesanal, otorga prestigio y reconocimiento ante la sociedad.

Lo cierto es que en la segunda mitad de la década del 70, un grupo de mujeres apremiadas económicamente, del Sector Ampliación Virgen del Buen Paso de Pamplona Alta (distrito de San Juan de Miraflores), la mayoría madres de familia y migrantes de las serranías, iniciaron esta labor.

Las arpilleras se denominaban en Pamplona Alta, en sus inicios, como “cuadros” y “telas de labor”. Luego, el término arpillera se introdujo en el vocabulario de las artesanas hasta popularizarse e implantarse definitivamente.

Materiales y técnica
Inicialmente se emplearon retazos de telas que se tenían en el hogar y los que se conseguían en los centros de costura. Para la base se usaba papel periódico y craft. Luego, las mujeres debieron adquirir las telas por metros o rollos. En esta etapa como base usaban yute, tocuyo o tela playa, y posteriormente pelón. Hilos y lanas industriales para el bordado y la costura, mientras que el algodón natural y sintético para rellenar las figuras humanas, animales y frutos.

Para elaborar los cuadros se siguen los siguientes pasos básicos:
- Se dibuja sobre papel el tema deseado. No todas siguen este paso.
- Se sacan las “plantillas” en papel o cartón, de las figuras que compondrán el cuadro, para después calcarlos sobre la tela. Esto lo realizan las principiantes y las que aún no pueden recortar de memoria las figuras de tela.
- Se seleccionan los materiales necesarios.
- Las figuras de tela se recortan.
- Se “arma” la composición sobre la base de papel, tela o pelón y se van fijando con hilván los campos mayores, de arriba hacia abajo. Después se ubican las figuras en los diferentes campos según la representación deseada.
- Se borda el contorno de las figuras, con punto “festón” y “patita de grillo”. Últimamente aplican una puntada invisible que define un estilo artístico.
- Se bordan los detalles y cosen los elementos figurativos en bulto (figuras humanas, frutos o animales) y los accesorios finales.
- Se culmina, forrando con tela playa o tocuyo la parte posterior. Pueden llevar un borde tejido a crochet en punto “concha de abanico” o “conchito” y “cangrejo”, o simples puntadas alrededor. Otras agregan, un pequeño bolsillo en el reverso, conteniendo un texto escrito en papel con el nombre de la o las autoras y la descripción breve del cuadro.

Temática
En los años iniciales se produjeron arpilleras con temas testimoniales de los recuerdos provincianos y las vivencias limeñas de las propias artesanas y su entorno por iniciativa personal, por sugerencia o por encargo.

Se representaron costumbres tradicionales de los lugares de procedencia de las artesanas y temas urbanos como las invasiones, falta de servicios básicos, problemas de organización barrial, entierros de dirigentes populares, construcción de locales comunales, comedores populares, huelgas, procesiones del Señor de los Milagros, en fin todo lo referido a su entorno social.

Con intervención de las ONGs feministas como el Movimiento Manuela Ramos, que trabaja con las mujeres de los barrios populares asesorándolas y capacitándolas en diferentes actividades, las arpilleras se elaboran con temas reinvindicativos y de protesta contra la violencia hacia las mujeres, además de dar a conocer la cotidianeidad femenina de estos sectores marginales.

La reinante violencia armada de los años 80 motivó que los familiares de los desaparecidos expresaran sus denuncias. Pero este tema no fue muy común, sino sólo a solicitud de algunos intelectuales y promotores de las ONGs.

Últimamente hemos observado otra gama de temas que se añaden a las ya existentes como temas de pasajes bíblicos resaltando entre estos los arcas de Noé y la Crucifixión, acontecimientos de la actualidad como el rescate de los rehenes de la Embajada de Japón o las consecuencias del fenómeno del niño; colegios, corridas de toros, panaderías, hospitales, zoológicos, cuentos para niños de carácter universal; campos de flores y jardines, fauna de Africa, playas al atardecer y variedad de peces, la etapa de los dinosaurios, etc.

La cuestión estética
Dentro del análisis expresivo consignamos el manejo del espacio y el color, así como el diseño de los elementos compositivos.

La composición se inicia de arriba hacia abajo, superponiendo telas de color a manera de collage.

La concepción del espacio plástico es dinámico por el uso de perspectivas múltiples (vistas de costado o perfil, de arriba hacia abajo como en planta o fotografía aérea), por tanto hay ausencia, mayoritaria, de perspectiva lineal. Cabe destacar que entre los diseños figurativos no existe “proporcionalidad real”, sobre todo en las arpilleras iniciales (p. e. los animales domésticos son más grandes que los personajes y viceversa).

En la mayoría de arpilleras apreciamos la presencia de un sentimiento de “horror al espacio vacío” (horror vacui) que está expresado en la profusión del uso del bordado y en la cantidad de aplicaciones que llenan los espacios vacíos.

De acuerdo a necesidades expresivas y a los gustos de un momento dado en la trayectoria productiva de arpilleras en el Perú podemos registrar variantes en el predominio de determinadas tonalidades de color (altas, medias y bajas). En general las arpilleras se destacan por presentar un extraordinario manejo del color.

Bibliohemerografía

Ríos Acuña, Sirley.
2004 Una aproximación al estudio de la arpillería peruana. En: Artesanías de América, Nro. 57, Cuenca – Ecuador, Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares – CIDAP, diciembre, pp. 91-118.

2000 Arpilleras de Pamplona. Catálogo de exposición. Lima, Museo Nacional de la Cultura Peruana, abril.  


Las alfombras florales en Santiago de Surco, Lima






Alfombras florales realizados en la
Semana Santa del año 2009

  Fotografías (de arriba-abajo): Sirley Ríos Acuña. Jurado calificador del Concurso de alfombras florales de Surco. 2009.


La imaginería religiosa de la familia La Torre del Cusco





Una imagen terminada y otra en proceso

Fotografías (de arriba-abajo): Sirley Ríos Acuña. 2008.


 

El arte textil de Taquile, Puno





Detalles de lliclla o manta

Fotografías (de arriba-abajo): Sirley Ríos Acuña. Octubre, 2009.

 
 

domingo, 2 de mayo de 2010

El inicio

Arte y Antropología es un espacio dedicado a publicar investigaciones, banco de imágenes y de audio, videos, notas informativas del ámbito cultural y todo lo que contribuya a la difusión de estos dos temas de mi interés y que deseo compartir con todos aquellos que quisieran aportar con un granito de arena.

Quedan invitados a recorrer este blog que también pretende poner en valor el patrimonio cultural peruano.