lunes, 24 de septiembre de 2012

Los carnavales peruanos (*)























Fotografías (de arriba-abajo):
1. Portada de la revista Ñawinpukio, Nº 3.
2. Comparsa de carnavaleros rumbo a la plaza del barrio Huarancayo (Jauja). 2009. Fuente: http://blog.pucp.edu.pe/blog/sergionunez/tag/Carnaval%20Jaujino/page/3
3. Mayordomos del gran sachacuchuy o yunza de Huanta (Ayacucho) realizado en Lima en el Club Social Huanta. 2009. Fuente: http://armoniahuanta.blogspot.com.es/2009/03/club-social-huanta-celebro-fin-de.html
4. Comparsa “Sentimiento Ayacuchano” en los carnavales de Huanta. 2009. Fuente: http://armoniahuanta.blogspot.com.es/2009/03/club-social-huanta-celebro-fin-de.html
5. El inicio de los carnavales de Jauja con la fiesta de Compadres y Comadres en el distrito de Paca. Fotografía: Municipalidad Provincial de Jauja. 2012. Fuente: http://www.rpp.com.pe/2012-02-11-carnaval-de-jauja-reflejo-de-la-alegria-de-los-pobladores-en-junin-noticia_450081.html
6. Jaujinos cargando el árbol del corta monte para llevarlo a la ciudad de Jauja. Fotografía: Ricardo Rodríguez Zegarra. 2009. Fuente:
7. Plantando el árbol de la humisha en Moyobamba (San Martín). Fotografía: Rafael Benzaquen. Fuente: http://www.panoramio.com/photo/14444019
9. Yunza de Pacopampa (Cajamarca). Fuente: http://www.pacopampa.com/turismo/costumbres/
10. Yunza en el barrio San Blas de Cusco. Fotografía: Herbert Edgardo Huamaní Jara y Walter Coraza Morveli. Fuente: http://www.cuzcoeats.com/2012/02/day-comadres-cuzco/
11. Humisha o árbol con regalos que se tumba en los carnavales de la Amazonía. Fotografía: Víctor Aviles. Fuente: http://www.guiarte.com/fotos-usuarios/19573.html
12. Umisha de Loreto. Fotografía: Álvaro del Campo. Fuente: http://bloghabitat.wordpress.com/
13. Umisha de la palmera Huasaí en Rioja (Loreto). Fuente: http://starperudestinos.com/2012/02/16/carnavales-en-la-selva/
14. Parejas bailando junto a los árboles del corta monte  jaujino. Fuente: http://blog.pucp.edu.pe/blog/sergionunez/tag/Carnaval%20Jaujino
15. Pareja bailando durante el corta monte jaujino. Fuente: http://luisdavilacardenas.wordpress.com/2011/08/06/dualidad-xauxa/
16. Parejas bailando alrededor del árbol del sachacuchuy de Huanta. 2009. Fuente: http://armoniahuanta.blogspot.com.es/2009/03/club-social-huanta-celebro-fin-de.html
17. Yunza o carga monte de Apurímac. Fuente: http://visitandoapurimac.blogspot.com.es/2006/11/las-yunsas.html
18. Cortando el árbol del sachacuchuy de Huanta. 2009. Fuente: http://armoniahuanta.blogspot.com.es/2009/03/club-social-huanta-celebro-fin-de.html
20. Velorio del Ño Carnavalón en Cajamarca: Fuente: http://caxamarcapictures.blogspot.com.es/2011/03/velorio-del-no-carnavalon_09.html
21. Multitud despidió los “restos” del Ño Carnavalón en Cajamarca que serán incinerados. Fuente: http://www.terra.com.pe/buenas-noticias/noticias/acc575/cajamarca-despidio-no-carnavalon-entre-bailes-globos-serpentinas-multicolores.html
22. Es tradicional ver en las puertas y los postes de energía eléctrica muñecos colgados que representan a personajes populares o a los vecinos de un barrio. Cusco. Fotografía: RPP/ Adelayda Letona. Fuente: http://www.rpp.com.pe/2012-02-18-munecos-t-impu-agua-y-jolgorio-en-los-carnavales-del-cusco-foto_452637_3.html#foto


Por Sirley Ríos Acuña

           
La fiesta de los carnavales en el Perú es producto de un sincretismo entre las costumbres populares europeas y las creencias mágico-religiosas andinas de propiciación, al igual que en otros países con características similares de mestizaje.

No tiene fecha de inicio porque es una fiesta movible, que se desarrolla entre febrero y marzo.
           
Como festividad popular que es, genera una serie de manifestaciones peculiares en cada región sean del ámbito rural y urbano. En el campo los hombres están más relacionados a su entorno natural, mientras que en la ciudad no lo es tanto. De ahí que en algunas zonas los carnavales coinciden con los festejos a las cruces (de toda índole), a las cosechas y a los ganados.
           
Su carácter profano y sagrado a  la vez, forma parte de una dualidad constante en la sociedad andina y latente en otros pueblos del mundo. Esto lo observamos en distintos pasajes del desarrollo festivo: conformación de comparsas o pandillas femeninas, masculinas y mixtas (grupos jóvenes generalmente), organización de bandos, según los pueblos, los barrios, las divisiones socio-económicas (pobres y ricos) y la procedencia geográfica (campo y ciudad), produciéndose entre ellos batallas o guerras lúdicas.
           
Es el momento en el que las leyes o el orden se invierten. Por eso los hombres se disfrazan de mujeres y viceversa, los jóvenes hacen de viejos, los niños se comportan como  adultos, etc.
           
Se presentan juegos de todo tipo. Inclusive éstos tienen su antecedente en el pujllay prehispánico, manifestada en diferentes ocasiones del ciclo festivo andino. Los carnavaleros se echan pica-pica, talco perfumado o harinas diversas, se adornan con serpentinas, se mojan con agua, se embadurnan la cara con cochinillas, hollín, achiote, anilinas, betún y otras pinturas, se lanzan frutas (tunas), etc. Así jugando y bailando, se forman parejas de jóvenes que posteriormente pueden formalizar su relación amorosa. Después de nueve meses los muchachos juegan a tener una wawa (de pan o bizcocho) recordando lo que pasó en los tiempos carnavalescos.
           
Los pueblos, sobre todo urbanos, concuerdan en realizar la víspera, los preparativos para la presentación del Ño Carnavalón, Señor Carnavalón o Rey Momo, la elección de sus reinas que leerán los manifiestos de carnaval, graciosos y pícaros, la competencia de comparsas por las calles y la plaza principal, cada cual con sus músicos y cantores. En el día central se plantan los montes, árboles de la abundancia, “vestidos” (adornados) con serpentinas, globos, regalos (juguetes, recipientes domésticos, ropas, caramelos, bocadillos), frutas (naranjas, duraznos, tunas, pacaes, membrillos), verduras  o tubérculos (zanahorias, maices, papas), panes (wawas, huanacos, palomas, roscas), licores (chicha de jora o molle, cañazo, cerveza) en pequeñas galoneras y hasta carnes (de chancho, gallina y vacuno en épocas anteriores). Las parejas formando una ronda alrededor del árbol bailan portando una hacha o machete con el que golpean el tronco hasta tumbarlo. Quienes lo hacen caer serán los encargados de plantar el siguiente año un árbol similar o más recargado, porque de ello dependerá su prestigio en la comunidad. A esta ceremonia llaman corta monte, tumba monte, sachacuchuy, huachihualito, unshas, palo cilulo, yunza, humisha, umisha, etc. Generalmente el árbol de ocasión es el capulí, molle o eucalipto.
           
Es común en muchas provincias finalizar el carnaval con el entierro simbólico de éste, representado por el Ño Carnavalón o algún personaje vestido como un mendigo, a quien se arroja al rio o al abismo más cercano, se le entierra en el cementerio o se le lleva lejos del pueblo para despedirlo hasta el próximo año. Antes de este hecho leía un testamento gracioso.
           
Son características las fiestas de carnaval en la ciudad de Cajamarca, que tienen más influencia extranjera (de los venecianos), con sus reinas sobre carros alegóricos, seguidos de personajes  con todo tipo de disfraces (tenemos los famosos arlequines o dominós y viejos gitanos) que forman parte de las “patrullas” que recorren las calles al son del  carnaval cajamarquino, contrapunto de músicos que entonan coplas amorosas, pícaras, burlescas, políticas,  entre otros.
           
En la sierra central (Junín) son típicas las orquestas mestizas y los concursos de waylarsh carnaval. Antiguamente era frecuente organizar los corta montes con los jala patos (arrancar la cabeza del animal).
           
Ayacucho  presenta un desfile de comparsas urbanas y rurales que bailan al ritmo de la tinya y cantos agudos de las mujeres; asimismo se forman grupos de “Compadres y Comadres”, quienes se encargan de bautizar a sus wawas  de pan o bizcocho; se organizan sendas competencias de valor y resistencia entre jóvenes, que se golpean con la huaraca en las piernas, contrapunto que se llama también  seqollo.  Semejante a la festividad ayacuchana es la que se celebra en el sur andino como Apurímac, donde los carnavales son tan multitudinarios, con conjuntos musicales que compiten   cantando canciones llenos de picardía y burla.
           
Hacia la amazonia encontramos en Juanjuí (Mariscal Cáceres – San Martín) a las pandillas que danzan alrededor de la umisha (árbol adornado) hasta tumbarlo y después de ello acostumbraban a enterrar gallos vivos para arrancarles la cabeza de un garrotazo, todo esto en un contexto de competencia.
           
Hay que advertir que cada año los juegos de carnaval en la ciudad limeña tal como se realizaba en antaño van perdiendo su encanto y pomposidad para convertirse en agresiones físicas por parte de los jóvenes y niños. Pero son los provincianos quienes al trasladarse a Lima traen consigo sus costumbres, creencias y fiestas. Es así que los carnavales provincianos se difunden en la capital a través de las llamadas instituciones (club o asociación de migrantes de un mismo origen geográfico), establecidas formal e informalmente, hoy en todos los conos, que organizan sus concursos de carnaval a través de la presentación de comparsas de distintos centros poblados que pertenecen a una provincia determinada y que realizan otras  actividades festivas a veces de forma más tradicional y por lo general incorporando nuevos elementos propios de su actual contexto (cultura chicha).  Es frecuente ver los corta montes no sólo en los locales institucionales (propios o alquilados), sino en las calles y lozas deportivas de los barrios populares, pues muchas familias los organizan junto a polladas, parrilladas  y anticuchadas con el fin de obtener fondos económicos, aprovechando la gran acogida que tienen en la población migrante.  
           
Describir cada uno de los carnavales de la costa, sierra y selva y su presencia en Lima nos demandaría escribir muchas páginas. En esta oportunidad nuestro objetivo es brindar algunos alcances generales que lo representan y al mismo contribuir a la promoción de Festivales de Carnavales Tradicionales en los conos, tal como algunas instituciones lo están realizando (FEDIPA u otras asociaciones provincianas).   
                                                     

Bibliohemerografía

Anónimo. “Carnaval andino en Lima”. El Peruano, Lima, 27 de febrero de 2000, p. 8.

Campo Linares, Ricardo. “Los carnavales en Juanjui”. Boletín del Taller de Folklore, Universidad Nacional Federico Villareal, Lima.

Flores Camarena, Raúl. “El carnaval en Marco”. Boletín del Taller de Folklore, Universidad Nacional Federico Villareal, Lima, 6 (1973), p. 17.

Gamboa Quintana, Mauricio. “El carnaval en Poma”. Boletín del Taller de Folklore, Universidad Nacional Federico Villareal, Lima.

Iriarte Brenner, Francisco. “Los carnavales en Huaraz”. Boletín del Taller de Folklore, Universidad Nacional Federico Villareal, Lima.

Jiménez Borja, Arturo y Silva Meinel, Javier. Perú: Fiestas y costumbres. Lima: Unión de cervecerías peruanas Backus y  Johston S. A., 1997.

Lexus. Gran Enciclopedia del Perú. Barcelona: Lexus, 1998.

Monge Romero, Antonio. “Los carnavales en Jauja”. Boletín del Taller de Folklore, Universidad Nacional Federico Villareal, Lima, 11 (1974), p. 19-23.

Orbegoso Rodríguez, Efraín. “Un manifiesto de carnaval”. Boletín del Taller de Folklore, Universidad Nacional Federico Villareal, Lima.

Terrazos, Máximo. “Un manifiesto de carnaval en Jauja”. Boletín del Taller de Folklore, Universidad Nacional Federico Villareal, Lima, 11 (1974).


(*) Publicado originalmente en Ñawinpukio, revista cultural, Lima, 3 (diciembre 2000), p. 15-18.



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