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domingo, 12 de enero de 2020

In Memoriam: Dr. Pablo Macera Dall'Orso (1929-2020)


El Dr. Pablo Macera y colaboradores en el Seminario de Historia Rural Andina - UNMSM. c. 1997-1998. Foto: Archivo SHRA


Catalogando la colección de Pablo Macera en el Seminario de Historia Rural Andina-UNMSM. c. 1998. Foto: Jaime Miasta.

Catalogando la colección de Pablo Macera en el Seminario de Historia Rural Andina-UNMSM. c. 1998-1999. Foto: Jaime Miasta.

Amën. Pintura sobre tela. Roldán Pinedo (Shoyan Sheca). Fines de los 90, siglo XX. Grupo étnico Shipibo. Colección y foto: Sirley Ríos Acuña. Obra obsequiada por el Dr. Pablo Macera.

Shahuan. Pintura sobre tela. Elena Valera (Bahuan Jisbe). Fines de los 90, siglo XX. Grupo étnico Shipibo. Colección y foto: Sirley Ríos Acuña. Obra obsequiada por el Dr. Pablo Macera.



Por Sirley Ríos Acuña

Hasta siempre apreciado Dr. Pablo Macera. Gracias infinitas por brindarme tu amistad, por tu generosidad, por tus consejos y por tus enseñanzas. Gracias por darme a conocer tu trabajo en el Seminario de Historia Rural Andina y por permitirme conocer tu valiosa colección de arte popular. Gracias por alentarme a seguir investigando las artes populares. Descansa en paz mi apreciado Dr. Macera.


jueves, 21 de noviembre de 2013

Nota: Exposición “Sumaq qaramanta – De la bonita piel” (*)







Baúl. Autor anónimo. Siglo XVIII.


Petaca. Autor anónimo. Cuero calado.


Petaca. Autor anónimo. Siglo XVIII. Sierra sur. Espectacular ejemplo de petaca calada, con diseño de amarus, ciempiés y otros personajes míticos.


Petaca. Autor anónimo. Cuero calado.


Colección de petacas en miniatura. Siglo XVIII. Sierra sur. Armazón de listones de madera forrada en cuero, con diseños calados y pespunteados.


Alforja de caballo. Autor anónimo. Siglo XIX. Cuero con restos de pelaje, diseño de escudo nacional en listones de cuero pintado en verde, rojo, azul y amarillo, cosido en alto relieve.


Otra vista de la alforja de caballo. Autor anónimo. Siglo XIX. Cuero con restos de pelaje, diseño de escudo nacional en listones de cuero pintado en verde, rojo, azul y amarillo, cosido en alto relieve.


Florón de montura. Autor anónimo. Siglo XIX. Cuero repujado con diseño en alto relieve de escudo nacional.



Hermosa exhibición de peletería y talabartería huamanguina, en la cual se puede apreciar la evolución histórica del trabajo realizado sobre cuero y pieles en el sur andino, en un recorrido que incluye piezas de los siglos XVIII y XIX, hasta objetos confeccionados por maestros contemporáneos.

La muestra, curada por la Dra. Rosaura Andazabal, abarca petacas de diversos tamaños, alforjas y monturas de caballo, bolsos, tapices de pared, etc. Todo esto, complementado con diversas infografías donde se detallan los procesos de curtiembre, técnicas y materias primas utilizadas.

La exposición va del 08 de noviembre al 20 de diciembre.

Lugar: Sala de Exposiciones del Colegio Real. Pasaje Simón Rodríguez 655, Lima (a un costado del Congreso).

Horarios: lunes a viernes de 9:00 am. a 5:00 pm.


(*) Publicado originalmente en la página de facebook Arte Popular del Perú en la colección de la familia Grillo.



Fuente:





Inauguran exposición sobre arte ayacuchano en cuero (*)





C.U. 08-11-2013/ El arte del trabajo en cuero en la ciudad de Huamanga data de tiempos virreinales y está centrado en la elaboración de sillones y baúles. Su posterior desarrollo en las zonas rurales tendió no solo al uso del cuero de vaca, sino también de todo tipo de ganado para la elaboración de instrumentos musicales de percusión como las tinyas, bombos y tarolas, o para la confección de ojotas o sandalias y otros objetos de uso cotidiano como los almofreces.





Actualmente, muchos curtidores, peleteros y talabarteros de Ayacucho –que al 2011 representan el 5.3% del total de 656 artistas registrados en varias actividades– se orientan a repujar el cuero para cierta demanda en objetos de uso personal como monederos, billeteras, estuches, marcos, individuales, posavasos y llaveros, junto a otros de menor producción como sandalias, carteras, maletines, bolsos y zapatos, que se distinguen por su íntegra elaboración a mano. Poseen diseños calcados o directamente repujados sobre el cuero con disímil iconografía y motivos alusivos a las culturas Tiahuanaco, Huari, Nasca e Inca; a seres míticos y monstruosos; y en torno a la flora y fauna de sus respectivos lugares de origen.




En Huamanga, aunque se privilegia el uso del cuero de ganado vacuno, se trabaja también en los de ganado ovino, caprino y, en algunos casos, en los de zorros y chinchillas, que son de uso común en talleres que combinan la mano de obra familiar y foránea, como lo que han desarrollado artistas de reconocida y larga trayectoria, tales como el maestro peletero don Germán Córdova Gómez, en Arroyo Seco; y el Maestro talabartero don Elías Janampa Vallejos (V), en el barrio de Conchopata. Les siguen jóvenes valores que descienden de esa tradición talabartera de destacada factura como don Teodoro Quispe Alarcón, y don Alberto Garibay Cancho, discípulo de don Elías, quien aunque asentado desde 1997 en Huamanga, proviene del distrito de Querobamba, de la provincia de Sucre.




Por ello, el Seminario de Historia Rural Andina (SHRA), mediante la exposición Sumaq Qaramanta - De la bonita piel, busca destacar a grandes rasgos esta evolución histórica del uso del cuero y de las pieles, con el principal objetivo de preservar y poner en valor la peletería y talabartería que aún se desarrolla, con sumo esfuerzo, en la zona de Huamanga. La curaduría de esta muestra está a cargo de la historiadora Rosaura Andazabal Cayllahua, investigadora del SHRA.




La inauguración de esta exhibición de trabajos en cuero por artistas ayacuchanos fue el viernes 8 de noviembre a las 4:00 p.m. en la Sala de Exposiciones del Colegio Real, sito en pasaje Simón Rodríguez 655 Lima, al costado del Congreso de la República. 


La exposición irá hasta el 20 de diciembre. Visitas de lunes a viernes de 9:00 a.m. a 5:00 p.m.


(*) Publicado originalmente en la página web de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.



Fuente:




Exposición Sumaq Qaramanta - De la bonita piel




Lugar: Sala de Exposiciones del Colegio Real, pasaje Simón Rodríguez 655-Lima, al costado del Congreso de la República. 

Fecha: 8 noviembre – 20 diciembre.

Visitas de lunes a viernes de 9:00 a.m. a 5:00 p.m.



viernes, 28 de diciembre de 2012

Breve historia gráfica de la plástica andina. Dibujos I (extracto)










Fotografías (de arriba-abajo): Sirley Ríos Acuña.
1 al 5 Cubierta, portada, contraportada e índice del libro Breve historia  gráfica de la plástica andina. Dibujos I (2001).
6. Cuenco. Calabaza burilada y pirograbada. Costa central? Preinca. Colección privada. Reproducido al 100 % del tamaño original. Detalle: vista desde abajo. Reproducido al 30 % del tamaño original. Dibujo: Juan Zárate.
7. Detalle: base de un azucarero con decoración vegetal de estilo mudéjar. Calabaza burilada, desbastada y teñida. Mariano Inés Flores “Machu Iñis”. Bajo Mantaro. Principios del S. XX. Colección privada. Reproducido al 100 % del tamaño original. Dibujo: Juan Zárate.  
8. Detalle: vista posterior de una iglesia. Cerámica modelada y engobada. Ayacucho (Moya?). S. XX. Colección  Museo de Arte de la UNMSM. Reproducido al 100 % del tamaño original. Dibujo: Juan Zárate.
9. La Piedad. Cerámica modelada, incisa y engobada. Leoncio Tineo Ochoa. Ayacucho. S. XX. Colección Museo de Arte de la UNMSM. Reproducido al 100 % del tamaño original. Dibujo: Juan Zárate.



Por Sirley Ríos  Acuña


A MANERA DE PREFACIO

Hacia mediados de 1997, dentro de nuestras tareas de catalogación de la colección de arte Popular del Dr. Pablo Macera, éste nos propuso reordenar y contabilizar un conjunto de dibujos distribuidos en diferentes carpetas (folders) con un orden predeterminado pero que por el “olvido” algunos de ellos se hallaban dispersos en otros grupos temáticos y por tanto necesitaban un nuevo ordenamiento con diferentes criterios. Para nosotros fue en ese momento, hasta ahora lo sigue siendo pero de distinto modo, un encuentro fascinante con una iconografía andina que pocas veces habíamos visto reunido, al margen de la calidad  artística de los dibujos en sí mismos.

Con el correr de los días en que duró el trabajo notamos que las láminas de dibujos (plástica andina pre y post Colonial) nos señalaban el camino de una periodificación histórica y diferentes manifestaciones artísticas que en cierta medida descoleccionamos para plantear una nueva colección según nuestros criterios también historicistas y jerarquizadoras. Este encuentro nos motivó en algunos casos a indagar un poco más acerca de qué era lo que aparecía representado en el papel canson.

Como vemos, detrás del resultado que hoy presentamos en parte se encuentra todo un proceso constituido por etapas de trabajo:
1.- Clasificación: En un primer momento resultó adecuado una clasificación por autores (dibujantes). Conforme obteníamos más datos sobre los dibujos renacía en nosotros otras inquietudes y decidimos reclasificar por géneros artísticos y etapas históricas que se evidenciaban en el conjunto gráfico. Siguiendo las sugerencias del Dr. Macera esto quedó determinado así.

2.- Elaboración de una ficha técnica general  para el ordenamiento inicial de las láminas con los siguientes ítems:
Sobre Nro.
Clase
Autor (es)
Fecha
Técnica/material
Colección (es)
Institución/poseedor
Total de láminas
Observaciones

3.- Llenado de ficha y contabilización de láminas: En esta parte contamos con el apoyo de Vilma  Real.

La realización de esta publicación tal como lo acabamos de explicar no ha sido una continuidad desde 1997 hasta hoy sino que ha atravesado por periodos interrumpidos por diversos motivos (por nuestro ideal de perfección), luego retomado y nuevamente dejado de lado hasta ver la luz. A pesar de ello creemos que es un trabajo que requiere ser perfeccionado en muchos aspectos. Mientras tratábamos de hacer ello se pasaba el tiempo y nos dimos cuenta que así nunca se publicaría y decidimos enfrentarnos al reto de las críticas.

Estos dibujos a la manera de las reproducciones que sobre el arte popular tradicional hicieron los indigenistas y de la cual queda una buena colección en el Museo Nacional de la Cultura Peruana son documentos de gran valor histórico y artístico.

Es un texto ameno y accesible a todos, en el sentido de que cada  quien puede a fin de cuentas interpretar los dibujos según su bagaje cultural. No lo encaramos como un estudio profundo de análisis, ni lo presentamos esotéricamente  para “iniciados”.  

Lo que prevalece son los dibujos, base del presente trabajo, en torno a los cuales giran  breves textos referenciales ya que la profundización será dado en los siguientes volúmenes  de temática específica.

Hemos querido presentar sólo un adelanto y panorama general de la plástica andina. Claro que no están aquí representados todos los géneros artísticos de nuestros pueblos sino sólo una mínima parte a partir de la cual hemos tratado tentativamente levantar una Breve historia, tomando en parte el título del libro “Breve historia del arte peruano” de Francisco Stastny.

S.R.A.


INTRODUCCIÓN

El dibujo es uno de los medios plásticos que ha empleado el hombre para expresar y comunicar una determinada visión del mundo, colectivo o individual. Es el resultado de un proceso manual, mental y sentimental, todos ellos experimentados al mismo tiempo, lo cual se hace visible y concreto con unos simples trazos sueltos o constituyendo algunas formas de configuración geométrica y abstracta, de contornos sencillos y complicados, hasta elaboradas representaciones de la realidad y la fantasía de manera naturalista o figurativa, con y sin carga simbólica.

Este medio plástico ya está presente entre los grupos humanos establecidos durante la Edad de Piedra, específicamente en el Paleolítico Superior, y de cuya existencia remota tenemos conocimiento por las huellas lineales hallados en las paredes rocosas de las cavernas y en cuanto soporte se tiene al alcance como los huesos de los animales cazados. Así primigeniamente los dibujos fueron hechos con materiales naturales e instrumentos rudimentarios, siendo, incluso, útiles los dedos de las manos. Con el transcurrir del tiempo las materias, los implementos accesorios y las técnicas siguen vigentes, aumentan y se transforman. Esto nos indica que el dibujo ha recibido distintos tratamientos a lo largo de su existencia.

Esta expresión gráfica, esencial y contundente, base de las extraordinarias creaciones universales de pintura, escultura, grabado o arquitectura, pieza clave para el diseño de objetos cotidianos y/o artefactos sofisticados que nos rodean, tratado artísticamente o no, es protagonista del presente volumen y de los subsiguientes que forman parte de una serie: DIBUJOS I, II, III, IV y V, dedicados a mostrar las maravillas de las artes plásticas peruanas correspondientes a distintas etapas cronológicas.   

Hemos querido en esta oportunidad brindar a través de los excelentes dibujos del artista Juan Zárate, una breve historia gráfica de la plástica andina, título de la presente publicación, y, por cierto, muy ambicioso por los términos en que aparece registrado. Pudimos habernos centrado tan sólo en los dibujos aquí presentados como una contribución a la realización de la historia del dibujo peruano y americano. Pero este conjunto gráfico nos ofrecía también una alternativa de carácter más bien documental que sólo artístico, es decir, obtener información histórica, formal e iconográfica por medio de las representaciones de los dibujos. Por ello decidimos conjugar ambas opciones pero dando preferencia a lo último como en el proyecto inicial se apuntaba. De haberse hecho así en su momento hubiese sido uno de los primeros trabajos enteramente referido a la plástica andina, dedicados exclusivamente a las mal llamadas Artes Menores, antes que otros libros de artesanía o arte popular publicados en la década del 80. 

En este volumen se muestran los dibujos de 124 objetos artísticos que van desde el prehispánico, colonial, republicano hasta la década del 70 del siglo XX. Los dibujos han sido realizados por el artista Juan Zárate, integrante del equipo del Seminario de Historia Rural Andina, a solicitud del Dr. Pablo Macera, iniciándose este proyecto a fines del 70 (1977) y culminándose a principios de los 80s (1983). Por diferentes razones no se llegó a publicar en su debido momento esta serie de ilustraciones.
                       
Las piezas dibujadas por aquellos años procedían de colecciones diversas, privadas y estatales. Tal es el caso de la colección del Museo de Arte de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (formada principalmente por la donación de objetos pertenecientes a las hermanas Alicia y Celia Bustamante Vernal), Pablo Macera, Raúl Apesteguía, Elvira Luza, Basadre y otros.

Los dibujos de cerámica presentados en esta ocasión corresponden casi en su totalidad, salvo la Fig. 47 o Jinete de transición, al Museo de Arte y la platería a la hoy desaparecida/ desmembrada colección de Apesteguía.
  
Del mismo modo Zárate trabajó conjuntamente con otros dibujantes de la Escuela de Bellas Artes, de la Facultad de Arte de la Pontificia Universidad Católica del Perú y autodidactas, entre los cuales mencionamos a: Vicente Mendoza Jiménez (V.M.J.) , José Carnero Albarrán (Lalo), Lucy Jochamowitz (L.J.), Rosario López Machiavello o Charo (R.L.M.), Martha Monge (M.M.), Tito Alfredo Enciso B. (T.E.B.), Fernando Herrera García (F.H.G.), Roxana Villalobos (R.V.M.), M. López Machiavello (M.L.M.), Oscar Casquino, Juan Antonio Valdivieso Fuente (Janto), Isaías Ojeda Navarro (Khucho), Rubén Navarro V., Lucila Salguero N., Jori Zagastizabal Quispe, Doris A. Huamán Baquerizo, Gredna Landolt, Manuel Calderón ? (J.M.C.), Rosa, M.S., A.S.L. y J.L.A. De algunos de los dibujantes no tenemos referencias precisas del nombre completo sólo encontramos registrados sus iniciales, su nombre o seudónimo en las láminas de dibujo.

Para este volumen hemos visto conveniente hacer una clasificación por denominación, técnica, género y  material, y una subclasificación según la cronología, procedencia, denominación, función y autor.  Al inicio de cada una de las partes clasificadas se explicará brevemente la trayectoria histórica de las expresiones artísticas en mención. Además, cada dibujo tendrá datos esenciales de catalogación: Nro. de orden, denominación o título, autor, procedencia, época, material y técnica, dimensión (opcional), colección (opcional), descripción y observaciones o comentario (opcional). Estos datos estarán en una página anterior a los dibujos que sólo tendrán su Nro. de orden. Cada uno de los títulos o subtítulos estará acompañado de un gráfico representativo.

Este volumen presenta siete partes: los dibujos, el dibujante, mates, cerámica, platería, keros y piedra de Huamanga. Al final se presentan dos anexos con el testimonio del dibujante y un cuadro resumen del total de las piezas dibujadas en los diferentes años, la cantidad de dibujos y láminas existentes. Se concluye con una bibliohemerografía.  

Deseamos agradecer al Dr. Pablo Macera por brindarnos la oportunidad de publicar este trabajo al facilitarnos los dibujos de su colección, al Dr. Jaime Miasta Gutiérrez y al Seminario de Historia Rural Andina por ofrecernos los equipos necesarios para la digitación, y a todos quienes de alguna manera nos apoyaron.

Sirley Ríos  Acuña


LOS DIBUJOS

El término dibujo, que proviene del latín designare (señalar o designar) conformado por las partículas de y signum (señal o imagen), a lo largo de la historia ha recibido diferentes definiciones de acuerdo a la concepción predominante de la época, encontrándose en el Renacimiento una posición idealista en donde la palabra diseño o dibujo alude a la idea creativa resultado de un procedimiento intelectual que refleja una imagen interior y el cual se visualiza en los bocetos (Blas, 1996: 29).  En los siglos posteriores, sobre todo en el XVIII con la proliferación de las Academias, la visión utilitarista señala al dibujo como la base formativa de las otras artes de ahí la importancia de su aprendizaje y enseñanza.

En la actualidad se concibe el dibujo como un medio expresivo autónomo cuyo elemento definidor es la línea o el trazo. El dibujo está considerado como el momento inicial del proceso creativo del trabajo artístico. De esta manera se distinguen fases en el proceso del dibujo que pueden darse secuencialmente o no. Estas son para algunos:
El apunte que es la primera e instantánea plasmación y la primera idea.
El dibujo acabado o preparatorio para llegar al “cartón”.

Otros encuentran:
El croquis o dibujo a simple línea.
El apunte dibujo de trazo sencillo pero con poca sombra.
El boceto que es un dibujo algo más completo con línea, sombra y cierto tratamiento.
El dibujo acabado que es el producto final o concluido de acuerdo a la concepción del artista.

Si bien es cierto, estas fases que más podrían corresponder al arte académico clásico, son prácticos y orientadores para los que se inician en el dibujo artístico.

Cada una de estas etapas no significan que deben de aparecer necesariamente. Es más cada uno de ellos puede poseer un valor artístico autónomo.


Orígenes del dibujo

Como se dijo anteriormente el dibujo en Europa ya aparece registrado en el Paleolítico Superior, momento en el cual el hombre debió resguardarse del frío habitando en las cavernas de donde salía para cazar, pescar y recolectar bayas (frutos), plantas y caracoles. De entre esas actividades la caza de mamuts, toros, bisontes, renos y caballos salvajes eran la base principal de la alimentación humana.

Lo que caracteriza a este periodo según Leroi-Gourhan (1980: 40) no sólo es el desarrollo de las estructuras del habitad, la importancia del material óseo sea en forma de armas, utillaje y adornos y el empleo de materias colorantes sino la aparición de las primeras obras de arte figurado.

El Paleolítico Superior se divide en tres etapas: auriñaciense, solutrense y magdaleniense, llamadas así debido a las estaciones francesas de Aurignac, Solutré y La Madeleine. En la etapa auriñaciense además de los dibujos y pinturas parietales, grabados en  huesos de animales y en cantos rodados, se originaron las esculturas líticas y en marfil de figuras femeninas o "Venus esteatopíficas" como la famosa venus de Willendorf (Austria).

Para Hans Georg Bandi los orígenes del arte figurativo se encuentran en los llamados macarrones o líneas caóticas (dibujos) grabadas y trazadas con varios dedos o con espátulas dentadas sobre la arcilla de las cuevas. Al parecer estas simples líneas fueron poco a poco tomando formas cada vez más complicadas hasta que salió la forma intencionada primero burdo y torpe, luego, tras repetidos intentos, se creó la imagen clara y sencilla de un animal. El hombre empezaba a crear formas reproduciendo la realidad en que él mismo vivía y expresaban las ocultas angustias y los miedos que dominaban su existencia. Dibujaban en el fondo oscuro los animales que tenían que matar y cuyas imágenes debían quedar impregnadas primero en el suelo y después, debido a que el agua y el viento las borraban, fueron transferidas a las paredes de las cavernas.

El dibujo más sencillo de la forma externa del objeto deseado era para el hombre prehistórico algo tan real como el objeto mismo ya que no hacía clara distinción entre la imagen y la realidad. Con ello tenía la posibilidad de dominar las fuerzas de la naturaleza a través de la posesión de la imagen en este caso del animal. Dicha imagen cumplía una función mágica y propiciatoria para atrapar a las presas y requerir su multiplicación rindiendo culto a la fertilidad. Esta es una visión del mundo mágico y animista.

Los dibujantes - cazadores - magos  primitivos con frecuencia trazan sobre el cuerpo de los animales flechas clavadas o bien aparecen junto a ellos una serie de signos esquemáticos y simbólicos de caza denominados tectiformes en  alusión a chozas o trampas de hoyos y barrancos profundos, los naviformes serían armas de madera dura representados en forma de triángulos o pirámides descompuestos colocados en el suelo, los pectiformes eran armas especialmente para herir bisontes, las estacas con un extremo agudo y el otro como dedos, todos ellos elaborados con una fina línea de color. Es probable que el cazador haya tratado de fijar por medio del dibujo la figura del animal que le hubiera impresionado y que al relatar a sus familiares los sucesos de la cacería los complementara con gráficos que son conocidos por el grupo.

Eran también dibujos de línea continua que silueteaba la forma y luego se rellenaba con color puro para mezclar al momento de difuminar en las zonas precisas y así conseguir volumen que daría un mayor realismo.

En los dibujos y pinturas se empleaban óxidos minerales que le proporcionaban tonalidades desde el anaranjado al marrón, pasando por el rojo; con los minerales de manganeso y el carbón vegetal conseguían el negro; mientras que el blanco de poco uso provenía de margas y polvos de caliza natural. Estos colorantes se mezclaban con grasas de animales y otros aglutinantes. Los instrumentos para el trazado del dibujo fueron en primer instante los dedos, después se usaron plumas, trozos de caña o pinceles de pelo. Se han encontrado en algunas cuevas lápices ocres.

Como se dijo antes, practicaron una técnica mixta donde el artista-mago-cazador graba primero el contorno y luego colorea el interior.

Al principio fueron las formas lineales y los colores puros los que predominaron. Con el tiempo se transformaron. Inclusive el límite entre pintura y dibujo se disolvió.

Así se inició el arte del dibujo en conjunción con la pintura y se desarrolló de modos diversos en lugares y culturas diversas. Del mismo modo que en las cuevas europeas en el Perú proliferaron cuevas prehistóricas con admirables dibujos y pinturas como los de Lauricocha y Toquepala. Además de objetos en hueso y canto rodado con diseños dibujados con un punzón lítico, o los no tan recientes descubrimientos de los petroglifos. Del precerámico resaltan los diseños incisos sobre mates, de Chavín los dibujos tallados en líticos, de Nasca y Moche las cerámicas dibujadas, etc. Dedicaremos un estudio pormenorizado de la historia del dibujo peruano en próxima publicación.

Hoy encontramos que las técnicas y materiales en el arte del dibujo se están desarrollando cada vez más conforme la ciencia y tecnología avanzan. Esta variedad se refleja en el uso simultáneo del lápiz,  carboncillo, pluma con tinta china, lapicero, colores, pastel, diseños hechos por computadora entre otros.


 Acerca de los dibujos de Juan Zárate

Técnica y material:

1.- Primer sistema:
El boceto se hizo en papel simple, definiendo el contorno y parte de los detalles. Luego, sobre ello se colocó papel canson para realizar el dibujo acabado con estilógrafo y tinta china. Allí se corrigieron  los “defectos”.

En los mates el procedimiento fue el siguiente: se colocó papel cebolla sobre la pieza y con la punta de un lápiz dispuesta de costado se frotó para obtener el diseño. El papel  se fijó con cinta adhesiva. El “desarrollo” del mate fue hecho por franjas, luego la tapa y la base. Se sacaba y se estiraba el papel para completar los detalles faltantes. Encima de este papel cebolla iba el canson donde se dibujaba con tinta china. Ese dibujo salía al tamaño real del objeto. Si no alcanzaba esa parte del calco  se hacía en otra hoja lo que  faltaba, ya que la hoja estándar del papel canson  era un A4.  Esto se hacía en otra lámina. En el caso de la cerámica, platería (excepto las placas, los exvotos y los tupus), kero y piedra de Huamanga se hizo el dibujo a mano alzada. De esta manera los dibujos se hicieron los dibujos al ojo tratando de acercarse al tamaño real de las piezas.

2.- Segundo sistema:
Se hizo el boceto con lápiz sobre un soporte de papel canson, luego se complementó con el delineado registrado por estilográfo y la tinta china.


Objetos dibujados:

Se han reproducido la mayoría al 100% del tamaño real y otro tanto en porcentajes menores que significan una cierta reducción o una ampliación si es más del 100%.


Análisis plástico:

No sólo demuestra un interés documental sino son resultados de una intencionalidad estética al margen de que los objetos dibujados lo posean también. Mediante el tramado logra efectos interesantes de distintas calidades de acuerdo a la materia de los objetos. Se consigue el valorado, modelado o relieve con un juego de luces y sombras. Aparece el contorneado asociado a las tramas. Son dibujos que expresan fuerza y precisión en el trazo, minuciosidad en algunos detalles y rotundidad de las figuras. Hasta podríamos tildarlas de expresivas porque en momentos las piezas representadas adquieren vida propia.    



Fuente:

Zárate Cuadrado, Juan y Ríos Acuña, Sirley. Breve historia gráfica de la  plástica andina. Dibujos I. Lima: Seminario de Historia Rural Andina-Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2001.                    

Accede al libro en versión digital:




jueves, 13 de diciembre de 2012

De la selva sus amigos. Wilberto Casanto Ríos



Fotografías (de arriba-abajo): Archivo Seminario de Historia Rural Andina-UNMSM.


Globalización y plástica amazónica

Las figuras míticas pintadas por los bora y tikuna sobre cortezas vegetales (llanchamas) son la expresión más conocida del estilo pictórico bidimensional de la plástica nativa amazónica. Desde hace dos décadas, la crítica artística peruana y mundial ha puesto atención en esta propuesta abriéndoles espacios en las principales galerías de las metrópolis internacionales. Sin embargo, la globalización asimila el arte naif desde una óptica consumista, y trata así de imponer sus propios gustos a los artistas nativos, limitando su espontaneidad temática para reducirlos a la categoría de productores en serie de postales paisajistas y exóticas.

Los pintores mestizos y extranjeros egresados de escuelas (Usco Ayar, Escuela de Arte de Iquitos, escuelas de arte internacional) han adaptado, en cierta manera, estilos y formas a la demanda mundial de arte étnico. Por su parte, los artistas nativos autodidactas, aún no dependientes del consumo occidental, han logrado combinar de manera creativa algunas técnicas de la pintura europea con la sensibilidad estética adquirida en la selva amazónica. Esta expresión costumbrista naturalista, en esencia mixta, emplea libremente tintes naturales (achiote, palillo, huito), tierra de color , plumones, témperas, esmalte, acrílico, y sus soportes son múltiples (llanchamas, madera, tela y cartulina).

Las pinturas asháninkas que ahora presentamos pertenecen a la colección personal del doctor Pablo Macera, quien desde hace más de cuarenta años ha venido reuniendo expresiones y materiales de la cultura popular peruana en sus vertientes andinas y amazónicas.


Wilberto E. Casanto Ríos

Los jóvenes generaciones asháninkas encuentran en el arte una forma de afirmación cultural. Wilberto Casanto, natural de la comunidad de Renacimiento de Kivinaqui, es un joven pintor autodidacta cuyas obras recogen la tradición oral aprendida de su abuelo y de su padre, el narrador - pintor Enrique Casanto. Desde niño, entre mitos y leyendas de la fauna amazónica, Wilberto forja su propio mundo visual y, de acuerdo con la cosmovisión de su pueblo, nos ofrece una visión cálida de la fauna amazónica. Su obra, desarrollada entre los años 1999 y 2003, plasma una relación verdaderamente humana con la naturaleza, y se caracteriza por el empleo de colores vivos, como los plumajes de las aves de pinta. Muchas de ellas sólo tienen nombre asháninka, (paró, compero, sanantzi), y son poco conocidas por la comunidad científica.

La variedad cromática lograda mediante el diestro empleo del plumón sobre cartulina está compuesta por una serie de matices verdes, marrones, amarillos, grises y rojos, con lo cual logra distinguir entre las hojas el platanillo del Chupasangre, entre troncos y árboles al palo bandera, cético, quina quina, entre otros. A pesar de su juventud, Wilberto manifiesta un uso maduro del contraste de colores, y a partir de ello distingue las tonalidades del plumaje de las aves y el pelaje de los cuadrúpedos, mostrando de manera creativa la comunidad faunística del Perené. En sus trabajos podemos encontrar así varios planos espaciales complementarios, utilizando con sencillez y frescura las tonalidades del verdor amazónico, el amanecer o el atardecer, para retratar con realismo a sus amigos, los animales de la selva.


Tradición y realismo naturalista

La pintura de Wilberto tiene un profundo contenido mágico porque se nutre de las historias que los asháninkas cuentan sobre los espíritus de los animales. Wilberto cree que hubo un tiempo antiguo donde los animales fueron personas, y sólo perdieron esa apariencia humana cuando adoptaron hábitos que infringieron las normas de convivencia comunitaria. Esa es la historia del shansho u hoatzín, ave peculiar de la Amazonia, que según la tradición oral fue en épocas milenarias un pescador descuidado. Este hombre pescaba con trampa, pero cierto día se encontró con la Dueña (madre) de las anchovetas. El ser mágico reprocha al hombre por el exterminio de sus hijos, y luego, enfurecido, lo convierte en un shansho.

Existe un realismo naturalista en las obras de Wilberto, matizado por la exquisita sensibilidad de un artista libre de condiciones académicas. Más allá del trazo perfecto, su pintura tiene un espontáneo hálito de vida y movimiento. El trasfondo ecologista de sus pinturas responde a la cosmovisión de su pueblo, pues trasciende los aspectos materiales de la fauna amazónica porque busca permanecer en nuestra conciencia, recordándonos del peligro que entraña la desaparición de cada uno de estos animales hijos de la madre tierra amazónica.

Por ello, su arte trasciende la coyuntura, y no trata de satisfacer la moda étnica occidental, sino que a partir de sus propias temáticas encuentra un espacio propio dentro de la modernidad. Wilberto es un artista privilegiado por haber crecido en comunión con la naturaleza fantástica amazónica, donde las sensaciones e imágenes fluyen libremente en el alma humana, y por eso, aun cuando respeta las técnicas académicas en uso del espacio, no se constriñe a un marco estético de gabinete, sino que pinta libremente, como si supiera que sus trazos son guiados por la magia de sus antepasados.


Curadora: María Belén Soria Casaverde
Fecha: Lima, 6 de mayo al 24 de junio de 2005
Lugar: Sala de exposiciones Colegio Real. Psje. Simón Rodríguez 655, Lima (costado del Congreso)


Fuente: