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sábado, 29 de agosto de 2020

Los sombreros de Cajamarca

Sombrerería, Cajamarca. Foto: Mylene D’Auriol. Fuente: https://www.tierra-inca.com/album/photos/view.php?aut=97&id=2253

Elaboración de sombreros. Bambamarca, Cajamarca. 2016. Foto: El Comercio. Fuente: https://elcomercio.pe/vamos/peru/cajamarca-conoce-bambamarca-ciudad-balcones-393570-noticia/?foto=5


Pobladores con sombreros. Bambamarca, Cajamarca. 2016. Foto: El Comercio. Fuente: https://elcomercio.pe/vamos/peru/cajamarca-conoce-bambamarca-ciudad-balcones-393570-noticia/?foto=3


Sombreros y mantas multicolores. La Encañada, Cajamarca. Agosto, 2019. Foto: Javier Abanto. Fuente: https://www.picuki.com/media/2142854325538622993

Artesanas con sombreros. San Miguel de Pallaques, Cajamarca. Fuente: https://www.muni-sanmiguel.gob.pe/ciudad/turismo-y-artesania

Sombrero de Cajamarca. Fuente: http://celendintours-gregoryjunior.blogspot.com/2007/03/celendintierra-de-sombreros.html


Entrevista a artesano y comerciante de sombreros: Ángeles Huamán Guevara “El floreao”. Cajamarca. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=YLb4xN8OFuI

Confección de sombreros de Celendín. Cajamarca. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=nLxgXLXHM_g


Por Sirley Ríos Acuña


El libro Trenzando sombras. Los sombreros en la tradición cajamarquina (1990) proporciona testimonios de campesinos cajamarquinos de distintas provincias, quienes dan a conocer la importancia de los sombreros en la vida cotidiana. El sombrero forma parte de la vestimenta tradicional, es una herramienta, es protector y, sobre todo, es importante porque llevar sombrero es honra y significa ser campesino. Se explica el proceso del trenzado o tejido del sombrero presentando para ello un diccionario de los términos empleados. Cada campesino comenta cómo aprendió a tejer, qué calidades de la paja usada en los sombreros existen, cuáles son las dimensiones de las hormas de madera, cómo empezar a tejer, cómo hacer el arreglo, el acabado y la comercialización. Además, se mencionan creencias, costumbres, relatos, modas y usos de los sombreros.

BIBLIOTECA CAMPESINA

    Trenzando sombras. Los sombreros en la tradición cajamarquina/ Biblioteca Campesina.- Cajamarca, PE. Proyecto Enciclopedia Campesina. Serie: Nosotros los cajamarquinos. T. 7. 1990.

    186 p. ils b/n, Cartilla de Rescate (escribir otros aportes sobre sombreros), Glosario, Relación de informantes y coordinadores


<CAJAMARCA> <FOLCLORE> <TRADICIÓN ORAL> <ARTESANÍA> <ARTESANÍA CAJAMARQUINA> <COMERCIALIZACIÓN ARTESANAL> <TEJEDURÍA> <TEJEDURÍA DE SOMBREROS> <VESTIMENTA TRADICIONAL> <VESTIMENTA CAJAMARQUINA> <TEXTILERÍA> <TECNOLOGÍA TEXTIL> <SIMBOLOGÍA DE LOS SOMBREROS> <COSTUMBRES CAJAMARQUINAS> <CREENCIAS CAJAMARQUINAS> <HISTORIAS CAMPESINAS> <HISTORIAS CAMPESINAS CAJAMARQUINAS> <RELATOS CAJAMARQUINOS> <CAMPESINOS CAJAMARQUINOS>

Países primarios: PE (Perú)

PE: Cajamarca

Impresión: Impreso

Idioma: Castellano

Biblioteca: S.H.R.A. – UNMSM

 


sábado, 14 de julio de 2012

El sombrerero de las flores



Fotografías (de arriba-abajo):
1. Sombrero bordado con máquina de coser. Pupuja, Puno. Fuente: http://artetradicionalperuano.blogspot.com.es/2010/08/pascual-apaza-chambi.html.
2. Pascual Apaza Chambi y su hijo. Fotografía: Roberto Ramírez Aguilar. Fuente: http://es.scribd.com/doc/35657552/Suplemento-Variedades.


PALABRAS MAYORES. Los sombreros de Pupuja, junto con los toritos, son símbolos de las comunidades apartadas de Azángaro, en Puno. Al pie de un cerro, Pascual Apaza, de 74 años, es el último artesano tradicional de aquellos. Sin él no habría carnavales ni ritos de enamoramiento.


Por Miguel Ángel Cárdenas


Puno. A los extraños les es difícil entenderlo: solo y experimentado como una hoja de árbol, sabio y concentrado como una hoja de libro... pero lento y ágil como una hoja de afeitar. En cambio, a Pascual Apaza Chambi le es fácil entender a los pocos extraños que llegan a la comunidad de Checca Pupuja, donde viven 70 familias dispersas, a 3.900 metros sobre el nivel del mar: Ustedes no sonríen por el frío y tienen mucho apuro siempre.

Porque el último artesano de los sombreros pupujas se toma --como aguardiente contra el friaje-- su tiempo. Checca y el distrito de Santiago de Pupuja, con 8.500 habitantes, tienen raíces preíncas, son descendientes de los putinas y creadores de los emblemáticos toritos de Pucará, llamados así por la estación a 6 kilómetros, donde se vendían en los años 50 y 60.

Los pupujas también crearon un arte sombrerero no estudiado exhaustivamente todavía por antropólogos o artistas y que es el centro simbólico de sus festividades y carnavales. Lo preocupante es que solo queda un postrer representante en estas comunidades que mantienen sus ritos atávicos de pagos por la cosecha, a los fértiles ríos, a los cerros tutelares Paqo Qhawana y Antaña y, sobre todo, sus rituales de enamoramiento.

Pascual muestra siete sonrisas por cada palabra pronunciada, en quechua. ¿Es porque cuando hace sus sombreros piensa en los días felices en que los usaba él mismo para enamorar y dejarse enamorar tanto en las fiestas en honor al patrón Santiago como en el señalacuy (donde se marcaba el ganado y el pago de sangre a la madre tierra)? Sus ojos --como hojas de cálculo-- dicen que sí. Pascual habla con la risa y por cortesía a los visitantes que viven siempre apurados se empeña en hablar "despacioso" y feliz en español.

Quiere explicar su proceso de trabajo, le viene la vida en esto y exige silencio con alegría: Esto lo sé por mis abuelos, que eran sombrereros... yo trabajo con lana de oveja y hago primero cintas que lleno con diseños que usamos desde los incas, luego las cosemos y pegamos y así va a quedar terminado. Y 'hormamos' (se refiere a tener una horma de arcilla con que calza figuras) cuando planchamos, cosemos sus puntas y podemos igualar cuando todo esté pintado.

Pascual se desentiende de repente de los extraños y es como si hablara para sus entrañas en quechua. Solo cuando le toca su andanada de sonrisas --su indicador de que todavía vive en sociedad-- se da cuenta: Perdone, estoy acostumbrado a estar solo... Hay que lavar la lana de corderito, para dejarla limpia, porque recién cuando cortamos sale dura. Hay que pegarlo con goma y después cuando se seca hay que raspar todo. Y raspadito, planchamos. Es con pintura natural, la llamamos 'quinuallanca' molida, y con yeso hay que mezclar para que salga blanquita. Y ahí viene el sombrero.

Pascual se pierde otra vez. Ahora les habla a cada uno de sus sombreros, como a las crías de un animal amado que deberá vender porque ya no tiene espacio. Esta vez intercala el castellano con el quechua: Me demoro ocho días en cada uno de ustedes, cuando secan terminamos y nos quedamos un rato, es mucho trabajito, hijitos (...) Mi abuelo me enseñó, era un santiaguino, Simón Apaza Tipe, y también mi papá, Rosendo Apaza, lo supo por él. Y yo mirando aprendí, papitos (...) Yo le he modificado algunos diseños, que después todos siguieron, pero no mucho, porque es de los abuelos (...).

El primer sombrero que hizo Pascual fue a los 14 años --hace exactamente 60 años-- a un señor llamado don Mariano, un santiaguino devoto del apu Santa Bárbara, que lo utilizó en una ceremonia a 3.941 m.s.n.m. y a 20 grados bajo cero, bajo cerro.

PUEBLO DE FIESTAS
 
Los diseños se basan en las tikas: las diversas variedades de flores en esta región, sobre todo de la flor de papa. En los sombreros estas convergen junto a representaciones del sol y el arco iris, como una manera de tener a las fuerzas de la naturaleza encima de la cabeza.

Las flores de todos los colores dan buena suerte, dinerito... Existe aquí una danza conocida como iquilo palangana en la que los pueblos pupujas se dividen en bandos de hombres y mujeres exultantes de instinto de vida, con varas que hacen bailar en sus manos. El clímax viene cuando ellos mismos dan vueltas y vueltas sobre sí hasta caerse. Con el efecto de estar mareados sin alcohol ellas les quitan el sombrero y lo ponen en sus varas; y se inicia el cortejo... los hombres que los tienen todavía en sus cabezas los colocan encima de sus varas y andan exhibiéndolos con rudo coqueteo. Ellos lo usan con la punta para abajo, las mujeres, con la punta hacia arriba y cuando juntan sus rostros afirman sus extremos mutuos. Es como si cada movimiento de las danzas reprodujera el proceso de florecimiento, otras el de polinización y quizá el de fotosíntesis como metáforas amatorias. En Checca Pupuja y Santiago de Pupuja se baila a 3. 900 metros 'sobre el nivel del amar'. Y todo debe ser multicolor.

Los colores son vida, por eso nuestras fiestas principales son en miércoles de ceniza y domingo de amargura, dice Pascual. Hay un género musical aquí llamado mucra que provoca una danza de galanteo conocida como cha'qui iquilo, que es para los solteros. Igual que una llamada qhashway, que es pura seducción. En la música callapani las mujeres --pese al frío-- se muestran descalzas y luego se colocan en fila frente a frente con una mesa de comida al medio (con esa interrelación subconsciente entre erotismo y alimentación). La danza mataro es más para amores maduros. Y puede faltar hasta la flauta pinkullo, pero nunca un conquistador sombrero de Pupuja.

Pascual parecía estar sentado --casi en posición de meditación-- solo por trabajo hasta que intenta levantarse y muestra una pierna enflaquecida que arrastra con trotes: Desde que tuve una fractura en esta pierna en un vuelco de un carro el 20 de agosto de 1960, en la noche, no me muevo de aquí. No puedo caminar bien, ya no puedo bailar y estoy solo en este cerro haciendo sombreros para que se casen los jóvenes, afirma sin ningún atisbo de pesadumbre el sombrerero que conserva desde esos años su noble máquina de coser Butterfly en un banquito lustroso y tembleque: la compré en Juliaca el año de mi accidente, está usadita, pero me acompaña siempre.

Pascual tiene tres hijos y ninguno está cerca. Viven pocos jóvenes en estos pueblos de ancianos y niños, cuyos muchachos han partido a Juliaca para trabajar de mototaxistas, a las minas informales de oro de Madre de Dios o al Cusco como obreros. Dicen que soy el último sombrerero y yo nomás trabajo, y habla luego en fructífero quechua, con sus veinticinco sonrisas por minuto y sus ojos como hojas de ruta. Les habla a sus sombreros.

(*) Publicado originalmente en El Comercio del 3 de junio de 2008: http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2008-06-03/el-sombrerero-flores.html


viernes, 1 de junio de 2012

Sombreros tradicionales en el Perú





Fotografías (de arriba-abajo): Archivo Universidad del Pacífico. Colección Museo Nacional de la Cultura Peruana - Ministerio de Cultura de Perú.  
1. Vitrina cultural. 2. Sombrero de Santiago de Pupuja, Puno. 3. Sombrero de Chumbivilcas, Cusco. 4. Sombrero femenino de Carumas, Moquegua.


Exposición en la vitrina cultural de la Universidad del Pacífico
Marzo, 2009


Por Marcela Olivas Weston


En el Perú prehispánico, según su linaje y nación cada hombre y mujer llevaba su vestido y un tocado o chuko que lo distinguía de los demás.

La investigadora Luisa Castañeda en su libro Vestido Tradicional del Perú (MNCP, Lima 1981) refiere que "Los varones y las mujeres de cada pueblo y provincia tenían para diferenciarse señales y diversas especialidades en la indumentaria, fundamentalmente en el tocado, llevando además unos el cabello suelto y otros trenzado, mayormente en numerosas trencitas. Es así como los Cañaris de Tumibamba usaban una corona de madera a manera de cedazo. Los de Cajamarca sujetaban el cabello con una honda y los de Huamachuco con cordones rojos dando muchas vueltas a la cabeza. Otros levaban puestos unos rodetes llamados pillu, hondas blancas, toquillas de colores, fajas y cuerdas liadas a la cabeza…".

En el siglo XVI, con la conquista y el asentamiento de familias españolas, se fueron adoptando las vestimentas  europeas en las nuevas ciudades americanas. Con la instalación de los obrajes en América hubo una gran producción de tejidos la confección de sombreros fue muy importante con la lana de vicuña y ovejas. En ese contexto las mujeres y los  hombres de todas  las clases adoptaron ampliamente el uso del sombrero sea de paja o de paño y de formas y de tamaños.  En las  zonas rurales se mantuvo, en general,  el vestido y los tocados indígenas.

En 1780, a raíz del levantamiento de Túpac Amaru II, la autoridad española decretó la supresión del traje nativo, el indígena, al acatar la drástica orden, recreó los patrones extranjeros impuestos, incorporándoles ciertos elementos y formas de su antiguo atuendo, conjunción hispano india cuyo resultado es el traje popular usado hasta nuestros días. Así en cada región, provincia, distrito y caserío se fueron acogiendo a las nuevas disposiciones,  de acuerdo a las condiciones climáticas, a los usos y  necesidades del trabajo en el campo y en la ciudad, en las festividades y en las ceremonias. Sin embargo, todos estos cambios no han impedido que el vestido siga siendo un elemento de diferenciación y de identidad local.

Hoy en día, aún es posible encontrar en algunas localidades el oficio de sombrerero, en general son personas que han heredado éste arte de sus padres y abuelos y se dedican a elaborarlos de manera artesanal y con  materias primas de cada región.

Para la exposición sobre sombreros tradicionales se ha hecho una selección de algunas regiones de la costa y sierra del país.

- Piura: para resguardarse del fuerte sol norteño,  en la costa de  Piura usan amplios sombreros de palma, adornados con cintas negras,  el distrito de  Catacaos se distingue por la producción especializada de estos sombreros por su calidad, finura y delicadeza.

Los sombreros se clasifican en las ferias según el brillo, textura y unión de la pieza; para obtener los blancos, ligeros y finos sombreros son hechos por "maestros" artesanos del lugar.

En la parte alta de Piura también usan sombreros de palma y junco adornado en la base de la copa con una ancha cinta rosada o celeste.

- Junín: se cubren la cabeza con un sombrero redondo de copa baja, hecho de paño de lana de oveja, que antiguamente era de camélido, de color ocre claro, marrón, gris o blanco, adornado con una cinta ancha. Lo utilizan también para bailar el Huaylash.  El sombrero más utilizado es de paja blanqueada, adornado con una ancha cinta de seda negra, con un ala corta volteada o de ala ancha. En otros lugares como Cochas se cubren indistintamente con sombrero de paja o de lana de oveja.

- Puno: las mujeres usan sombreros tipo hongos, de paño de lana y en otros con monteras de diversas formas.  En el distrito de Ollaechea, distrito de Carabaya,  la montera femenina está formada por un armazón de paja forrado con tela de lana, de cuyos bordes pende una pieza de tela estampada de colores que enmarca el rostro.  En Lupaca, provincia de Chucuito,  el tocado en los días de fiesta es un armazón de paja forrado con tela por lo general amarilla, naranja o rojiza y adornada con muchas monedas de plata. En la ciudad de Puno las mujeres usan el sombrero tipo hongo y los hombres sombreros de fieltro obscuro de ala gacha. En Taquile,  los hombres cubren la cabeza con el chullo de fondo rojo decorados con diseños de de geométricos de múltiples colores, tejidos en lana de oveja o alpaca.

- Ayacucho: el sombrero más usado es de paja blanqueada de ancha ala, adornada con cinta negra que termina en un lazo lateral. También usan sombreros de lana de oveja que las jóvenes adornan con  flores para las fiestas. En Quispillacta el sombrero de hombres y mujeres es de forma redonda sin hormar, y lo usan con el ala volteada hacia arriba, los adornan con flores para las fiestas. Cuando el frío arrecia llevan un chullo bajo el sombrero.

- Moquegua: la vestimenta tradicional de Moquehua es muy original.  En la provincia de Carumas destacan los sombreros con adornos  con flores y las monteras bordadas con lentejuelas para sus fiestas.

- Huancavelica: los hombres usan sombreros de paño  de lana de oveja, lo llevan los domingos y días de fiesta con el ala levantada sobre la frente y adornado con una flor. Las mujeres llevan sombreros de color marrón, negro o gris de paño de lana, que las solteras adornan con flores con flores artificiales de papel crepé rosadas o rojas, que reemplazan a las naturales de antes. A un lado pende el huatani, borlitas de lana del mismo color de la prensa. En algunas zonas aún  usan monteras.

- Cusco: en cada provincia luce sus variadas  vestimentas  con sombreros, chullos y monteras, ésta última es  una  prenda de estructura dura, forrada en tela, de forma redonda o rectangular y con una hendidura para la cabeza, adornada con lanas, pompones de lana, cintas de colores, con bordes desflecados, con trencillas, entre otros. En Pisaj la montera es redonda y está forrada con pana de color negro y bayetilla roja y amarilla, además, tiene una mentonera de cinta de seda bordada. En Tinta, provincia de Canchis la montera femenina es de forma chata y redonda, con la parte superior forrada de tela negra de lana y adornada con un bordado lineal blanco. La montera masculina en la parte superior muestra desnudo el armazón de paja, mientras en el reverso va forrado con tela de lana de color rosado vivo. La parte central es de tela de lana negra adornada con un pompón de lana multicolor. En Queromarca provincia de Canchis la montera femenina es considerada una de las más bellas del Cusco, es de forma rectangular con adornos de "cintas de agua"  plisadas, vueltas y sostenidas hacia arriba. En el distrito de Ocongate, provincia de Quispicanchis la montera es de ala caída con la parte superior de lana negra y el reverso del mismo material en color amarillo y con bordes desflecados. En el Cusco las mestizas usan sombrero de paja encalada de ala corta y copa alta adornado con una ancha cinta de color que termina al lado con una roseta.

- Ancash: En Ancash las mujeres  del Callejón de Huaylas usan sombreros de lana  y de paja  los que adornan con cintas  cosidas en forma de rosetones, o con borlas y "bellotas" o pompones de lanas, también  con flores naturales y artificiales. Los hombres usan sombreros de lana y de paja elaborados en la costa norte, o de lana de oveja prensada de color natural o teñido de color gris u ocre adornados con cordones trenzados de lanas multicolores. También utilizan los sombreros industriales de paño de colore negro o marrón.

- Cajamarca: En todas las provincias de Cajamarca usan el sombrero de fibra vegetal que puede ser de junco,  de paja toquilla o de paja blanca. Se diferencian en el alto de la copa y en su terminación (punta barreta, tres puntas, triángulo, etc.), el ancho de la falda que puede ser corta, mediana o ancha y voltearse hacia arriba o abajo. Los adornos como cintas de tela,  de cuero Marroquín o con ojalillos.  Son famosos los sombreros confeccionados en  Celendín y en  Bambamarca.

- La Libertad: para protegerse del sol los campesinos y pescadores usan sombreros de fibras vegetales como de palma, de toquilla y de junco. El Chalán, al montar  el caballo de paso,  usa  un elegante  sombrero de palma  con ala muy ancha.

- San Martín: La confección de sombreros y adornos de paja bombonaje es la más renombrada actividad artesanal de la provincia de Rioja denominada la "Ciudad de los Sombreros". Los pobladores (riojanos y también los de  moyobambinos) son especialistas en el procesamiento y tejido de la fibra de la paja bombonaje, planta que se cultiva en todo el Valle del Alto Mayo.


Sombreros en exposición:

Junín: sombrero de Huaylash. Sombrero de paja blanca.

Moquegua: sombrero femenino de Carumas. Montera de varón de Muilaque, Carumas.

Huancavelica: sombrero Chopqa. Montera Queto.

Puno: sombrero de Carnaval de Azángaro. Sombrero de Pupuja.

Ayacucho: sombrero de Sarhua. Sombrero de Huanta.

Cusco: montera de Pisaj. Sombrero de Chumbivilcas.

Chachapoyas: sombrero de pastorcitas de navidad.

Tacna: montera.

Ancash: sombrero de Yungay. Sombrero de Vicos.

Madre de Dios: sombrero de caña.

San Martín: sombrero de mujer de bombonaje de Rioja.

La Libertad: sombrero de Chalán.

Cajamarca: sombrero de paja toquilla.

Pasco: sombrero de varón Chonguinada.

Piura: sombrero de junco.


Lima, marzo 2009.


(*) Extracto del folleto de exposición.