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lunes, 14 de septiembre de 2020

Festividad de la Virgen de Asunción de Cangallo

 

  Virgen de la Asunción. Fuente:  
https://www.facebook.com/Mayordomo2016
 
 
Virgen la “Soltera”. Fuente:  
https://www.facebook.com/Mayordomo2016

 

Fiesta de la Virgen de Asunción. Fuente:  


Por Sirley Ríos Acuña


En el artículo de Nicanor Hinostroza “La fe y la tradición. Una revelación del pueblo de Cangallo” se reseña la festividad de la Virgen de Asunción, patrona del pueblo de Cangallo, Ayacucho. Menciona los preparativos previos, tal es el caso del abiw, es decir, el cargoyuq y su comitiva recolectan regalos en medio del toque de los waqrapukus. Otros actos realizados previamente al día central es el trono watay que consiste en armar las andas de la virgen; el aqakuy o preparación de la chicha de jora; el encierro o persecución de los toros a los asistentes que se encuentran en la Plaza; y la víspera, día en el que se hace la chamiza y cada cargoyuq con su comitiva y músicos recorren las calles del pueblo. El día central se realiza la procesión de las vírgenes Asunción y la Cotahuasina. Por otro lado, en el día de los solteros la Virgen Asunción sale en procesión acompañada de otra virgen llamada la “Soltera”, continúan los mismos cargoyuq y se incluye a un joven que lleva como banda un lazo enroscado.


HINOSTROZA ESQUIVEL, Nicanor.

    “La fe y la tradición. Una revelación del pueblo de Cangallo”. Los Morochucos, año I, Nº 1, pp. 35-38. Ayacucho, PE. Febrero-marzo 1993.

    Fotos b/n

<AYACUCHO> <CANGALLO> <TRADICIÓN> <TRADICIÓN AYACUCHANA> <FESTIVIDAD> <FESTIVIDAD RELIGIOSA> <COSTUMBRES> <FOLCLORE AYACUCHANO>


Países primarios: PE (Perú)

PE: Ayacucho (Cangallo)

Impresión: Impreso

Idioma: Castellano

Biblioteca: S.H.R.A. - UNMSM



 

Cultura popular peruana. Hemerografía 1




Por Sirley Ríos Acuña
 
Presenta el contenido de las revistas Minka, Literaturas andinas y Santiago de Chuco y su feria, ubicadas en la biblioteca del IFEA de Lima (Perú) y recopiladas el año 1997. En algunos artículos y notas referentes a la cultura popular se realiza una breve reseña.
 
Leer en el siguiente enlace:
 



sábado, 29 de agosto de 2020

Los sombreros de Cajamarca

Sombrerería, Cajamarca. Foto: Mylene D’Auriol. Fuente: https://www.tierra-inca.com/album/photos/view.php?aut=97&id=2253

Elaboración de sombreros. Bambamarca, Cajamarca. 2016. Foto: El Comercio. Fuente: https://elcomercio.pe/vamos/peru/cajamarca-conoce-bambamarca-ciudad-balcones-393570-noticia/?foto=5


Pobladores con sombreros. Bambamarca, Cajamarca. 2016. Foto: El Comercio. Fuente: https://elcomercio.pe/vamos/peru/cajamarca-conoce-bambamarca-ciudad-balcones-393570-noticia/?foto=3


Sombreros y mantas multicolores. La Encañada, Cajamarca. Agosto, 2019. Foto: Javier Abanto. Fuente: https://www.picuki.com/media/2142854325538622993

Artesanas con sombreros. San Miguel de Pallaques, Cajamarca. Fuente: https://www.muni-sanmiguel.gob.pe/ciudad/turismo-y-artesania

Sombrero de Cajamarca. Fuente: http://celendintours-gregoryjunior.blogspot.com/2007/03/celendintierra-de-sombreros.html


Entrevista a artesano y comerciante de sombreros: Ángeles Huamán Guevara “El floreao”. Cajamarca. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=YLb4xN8OFuI

Confección de sombreros de Celendín. Cajamarca. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=nLxgXLXHM_g


Por Sirley Ríos Acuña


El libro Trenzando sombras. Los sombreros en la tradición cajamarquina (1990) proporciona testimonios de campesinos cajamarquinos de distintas provincias, quienes dan a conocer la importancia de los sombreros en la vida cotidiana. El sombrero forma parte de la vestimenta tradicional, es una herramienta, es protector y, sobre todo, es importante porque llevar sombrero es honra y significa ser campesino. Se explica el proceso del trenzado o tejido del sombrero presentando para ello un diccionario de los términos empleados. Cada campesino comenta cómo aprendió a tejer, qué calidades de la paja usada en los sombreros existen, cuáles son las dimensiones de las hormas de madera, cómo empezar a tejer, cómo hacer el arreglo, el acabado y la comercialización. Además, se mencionan creencias, costumbres, relatos, modas y usos de los sombreros.

BIBLIOTECA CAMPESINA

    Trenzando sombras. Los sombreros en la tradición cajamarquina/ Biblioteca Campesina.- Cajamarca, PE. Proyecto Enciclopedia Campesina. Serie: Nosotros los cajamarquinos. T. 7. 1990.

    186 p. ils b/n, Cartilla de Rescate (escribir otros aportes sobre sombreros), Glosario, Relación de informantes y coordinadores


<CAJAMARCA> <FOLCLORE> <TRADICIÓN ORAL> <ARTESANÍA> <ARTESANÍA CAJAMARQUINA> <COMERCIALIZACIÓN ARTESANAL> <TEJEDURÍA> <TEJEDURÍA DE SOMBREROS> <VESTIMENTA TRADICIONAL> <VESTIMENTA CAJAMARQUINA> <TEXTILERÍA> <TECNOLOGÍA TEXTIL> <SIMBOLOGÍA DE LOS SOMBREROS> <COSTUMBRES CAJAMARQUINAS> <CREENCIAS CAJAMARQUINAS> <HISTORIAS CAMPESINAS> <HISTORIAS CAMPESINAS CAJAMARQUINAS> <RELATOS CAJAMARQUINOS> <CAMPESINOS CAJAMARQUINOS>

Países primarios: PE (Perú)

PE: Cajamarca

Impresión: Impreso

Idioma: Castellano

Biblioteca: S.H.R.A. – UNMSM

 


sábado, 25 de abril de 2020

Los cantarillos de Catalina Huanca



Olla. Cerámica de Santo Domingo de los Olleros. Lima, Perú. Colección y foto: Sirley Ríos Acuña



Cuenta la leyenda que Catalina Huanca fué una ollera que vivía en las afueras de Huánuco. Ella, más que ollas hacía cantarillos que los vendía en la ciudad por unos cuantos centavos.

Cierto día un español que vivía en el barrio de Huallaycc compró un cantarillo a Catalina y al examinarlo su resumía el agua, advirtió uno puntos dorados y brillantes. Inquietud desde su península por la sed de oro, redujo a polvo el cantarillo y lo lavó, extrayendo algunos gramos de oro puro. Ni qué decir que desde entonces el buen chapetón fué uno de los mejores clientes de Catalina. De un momento a otro desapareció el español, dejando encargado a su hijito comprar todos los cántaros que le trajese Catalina. El chico conversador e indiscreto como todo chico, preguntó a Catalina donde tomaba la arcilla para hacer sus trabajos. Catalina no se quedó con la lengua atada y curiosa al fin como toda mujer, inquirió para qué compraban tantos cantarillos o poronguitos. El rapaz se hizo lengua contando todo lo que su padre hacía con los poronguitos.

Dueño del secreto, Catalina no volvió a fabricar más ni ollas ni poronguitos. Con tenacidad india se dedicó al trabajo de su mina y sin contar a nadie del nuevo giro de su negocio surífero. Cuentan que Catalina fué presto una gran señora benefactora de Huánuco; que regaló mucho oro para la construcción del templo de San Agustín. Que más tarde fué a Lima y casó con un español a quién tampoco reveló el secreto que constituya hoy la leyenda de las Tres Alcantarillas.

Huánuco, 1 de Octubre de 1946
Normalista María Dolores Zevallos
Directora de la Esc. De 1er Grado de Mujeres Nº 4000
Esta leyenda se la contó su tía Mercedes Malpartida en el año de 1918.


Fuente: 
Archivo Etnográfico José María Arguedas. Recopilaciones de folclore a cargo de docentes del Ministerio de Educación. Centro. Departamento de Huánuco. Legajos 47-45 / 47-44. Cuestionario 1. Lima: Ministerio de Educación, Viceministerio de Gestión Pedagógica, Museo Nacional de la Cultura Peruana, Casa de la Literatura Peruana, Comisión Centenario del Natalicio de José María Arguedas, 2012, págs. 115-116.



jueves, 13 de junio de 2013

El folklore minero de Cerro de Pasco





1, 2 y 3 Cubierta y artículo de la revista Ñawinpukio, Nº 3.




4. Cargador de metales de Cerro de Pasco (Capachero). Fuente: Poesía minera andina. Lima: Compañía de minas Buenaventura S. A., 1984.



Fuente:                                                       

Fashé Raymundo, Mery. “El folklore minero de Cerro de Pasco”. Ñawinpukio, revista cultural, Lima, 3 (diciembre 2000), pp. 31-32.




miércoles, 13 de marzo de 2013

Un acercamiento al mundo del Human tac tac en los Andes (extracto)



1. Portada de la revista Artesanías de América,  Nº 66.


2. Una bruja/ Huk bruja. Pintura sobre madera. Carmelón Berrocal Evanán. 1997. Sarhua, Ayacucho-Perú. Cuento XVI. Fuente: Berrocal, Carmelón;  Macera, Pablo y Andazábal, Rosaura. Flora y fauna de Sarhua: pintura y palabra (textos en quechuañol). Lima: Universidad nacional mayor de San Marcos. UNMSM - Banco central de reserva del Perú. BCRP - Institut français d'études andines. IFEA - Elf hydrocarbures Pérou. ELF, 1999.


3. La umita. Argentina. Dibujo: CATU (Carmen Ocaranza Zavalía). Fuente: http://www.folkloredelnorte.com.ar/leyendas/umita.htm


4. Cabeza voladora, tue tue o chonchon. Chile. Ilustración: FLAKOSKY (Chile). Fuente: http://elartedeflakosky.blogspot.com.es/2013/01/leyendas-chilenas-el-tue-tue-o-chonchon.html





Por Sirley Ríos Acuña

Resumen

La religiosidad popular andina, responde no sólo a las tradiciones prehispánicas, sino también, a la manera en que éstas se conjugaron y reinterpretaron con la implementación del catolicismo. Muchos de los mitos y leyendas vigentes en el universo andino, provienen de la mentalidad indígena, pero se han mantenido en el tiempo con variantes, entre elementos locales y occidentales. Entre los diversos personajes y seres mitológicos de los Andes, ha llamado la atención de la autora las cabezas voladoras, cuya denominación y características formales varían de una región a otra; tal es el caso del “Human Tac Tac”, de la Sierra Central del Perú, que toma forma de cabeza de mujer y emite un sonido onomatopéyico. Aunque los relatos sobre las cabezas voladoras, presentan una versión fragmentaria sobre la creencia ancestral, Sirley Ríos ha encontrado que conservan rasgos formales, de la que debió ser su estructura normal y elementos significativos; estos elementos, a su vez, constituyen un importante ejemplo de la cosmovisión andina, de la manera que tiene el hombre de los Andes de representar y percibir el mundo.

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En torno al Human Tac Tac

Entre los personajes y seres mitológicos del universo mental andino destacan las cabezas voladoras cuya denominación y características formales varía de una región a otra. Su área de persistencia se encuentra en el ámbito serrano principalmente de sur a norte, y en el costeño en menor medida; incluso se tienen referencias de su existencia en el mundo amazónico con una clara evocación de la presencia andina en esta región.

Esta difusión andina no sólo se da en territorio actual del Perú sino que ha abarcado las zonas de Ecuador, Bolivia, Chile y Argentina.

Efraín Morote Best es uno de los primeros estudiosos en haber sistematizado el análisis sobre las cabezas voladoras pero que, sin embargo, ya anteriores autores se habían referido de manera general y habían recopilado los relatos sobre este personaje. Este autor se concentra en rastrear las raíces y funciones de las cabezas voladoras señalando su difusión geográfica a nivel de Perú.

Se debe considerar la más antigua alusión a este personaje la mención que hace Guamán Poma de Ayala en su Nueva Crónica cuando señala que no sólo la cabeza vuela sino otras partes del cuerpo se desprenden y caminan, señal o augurio de muerte. Lo cual señala su procedencia indígena y que han llegado hasta nosotros variantes con mezclas de la cultura occidental. En algunas partes del Ande se ha conservado una versión oral más cercana a la del cronista.

El relato sobre las cabezas voladoras está basado en una creencia ancestral, de épocas preincaicas, de acuerdo a nuestro parecer, que se explica sobre la base de cuentos populares e historias locales y anecdóticas. De ahí que dicha creencia producto de un universo mental pan andino se relaciona a una serie de presagios y señales que se encuentra en la misma naturaleza y en los actos o comportamientos de los seres humanos.

Morote Best encontró una variedad de denominaciones que recibe este personaje en las diferentes regiones: “uma-waqya”, “qepqe”, “uma-pali”, “runa-uma”, “aya-uma”, “ayap-uma”, “uman tak tak”, “keke”, “mok-mok”, “uma pureq keke” o “voladora”. Algunos autores hablan de brujas llamadas uma o quequi que se quitan la cabeza los días martes y viernes para deambular por las calles mientras su cuerpo hace chillidos horribles. Este personaje mitológico es una cabeza humana que se desprende del cuerpo y se desplaza por el espacio, si es de mujer va volando y si es de varón da tumbos. (7)

Incluso está asociado a otro personaje que tiene características similares: qarqacha, qarqaria, karkarya, karkar o tatarata, que es el incestuoso que vaga por las noches comiendo excremento humano. En Huaraz la quequi es una mujer que convive con su compadre. Su canto es quequec, quequec, quequec. Un motivo para ser condenado es el incesto, pues es rechazado por Dios y debe purgar sus culpas. Lanzan gritos y lamentos terribles. Toman forma animal. Esconden su rostro que es calavera por eso se le describe como bulto. Sobre los condenados se dice que son seres del otro mundo que “Cuando alguien muere de buena manera, su alma, antes de morir, recorre los lugares donde sufrió o donde fue feliz.” (8) En cambio, los condenados por cometer incesto conviven una temporada con los vivos.

Asimismo, se señala que “El condenado busca llevarse alguien con él, comerse a quienes están salvos. En especial agarrar su alma, forma en que encuentra su salvación, cambia su suerte. Cuando ha sido incestuoso busca llevarse a su pareja. En otros casos busca comer la cabeza o los sesos de su víctima, ya que ahí está la sede del alma.” (9)

Vemos que hay una mezcla de historias sobre la cabeza voladora y los condenados o jarjachas.

Citas:
(7) MOROTE: 1953.
(8) VARIOS: 2002.
(9) Idem.


Ver el artículo completo en:

Ríos Acuña, Sirley. “Un acercamiento al mundo del Human tac tac en los Andes.” Artesanías de América, 66 (junio 2008), pp. 103-124.



martes, 4 de diciembre de 2012

Libros digitales del Archivo Etnográfico de José María Arguedas 1947 (*)


Fotografía:
1. La maca. Dibujo a color. 15 de diciembre de 1947. Ondores, Junín. Archivo Museo Nacional de la Cultura Peruana. Fuente: http://www.centenarioarguedas.gob.pe/wp-content/uploads/2012/11/Junin-3-Departamento-Junín.pdf


El Archivo Arguedas: “una biblia de la peruanidad” 

La Comisión Nacional para celebrar el centenario del Natalicio de José María Arguedas, emprendió, en el 2010,  el proyecto “Puesta en valor y publicación del archivo antropológico José María Arguedas”. Este proyecto consiste en digitalizar, transcribir y dar a conocer el archivo etnográfico que José María Arguedas y Francisco Izquierdo Ríos, reunieron en 1947, desde el Ministerio de Educación. La conformación de este archivo significó un gran un esfuerzo que fue posible por el entusiasmo de muchos maestros en todos los rincones del Perú. Los maestros,  luego de recibir una breve capacitación, se dieron a la tarea de hacer una suerte de inventario de la tradición oral de nuestro país, poniendo por escrito los relatos, mitos y leyendas que circulaban en ese momento en las comunidades y pueblos de todas las regiones. 

Se recopilaron cerca de 30,000 narraciones que representan un legado invalorable pues allí están las creencias y valores que son las raíces profundas de la cultura peruana. En conjunto el material del archivo Arguedas representa una suerte de “biblia de la peruanidad”.

La Comisión considera que este proyecto tiene una importancia fundamental en la toma de conciencia de nuestra colectividad nacional sobre la profundidad de nuestra cultura. De hecho representa la posibilidad de que los peruanos (re)tomemos el contacto con un universo de creencias y valores que está presente en nuestras costumbres pero que resulta muy poco conocido. 

El patrimonio inmaterial no suele ser apreciado pues es difícil de valorizar como “atractivo turístico”. Prueba de este aserto es que estos relatos hayan permanecido abandonados, en riesgo de perderse definitivamente, mientras que muchos monumentos arqueológicos o históricos reciben apoyos significativos. No obstante si una sociedad quiere comprenderse a sí misma, si realmente pretende tomar conciencia de los ideales que dan sustento a la vida cotidiana de sus habitantes, el camino más fecundo es precisamente el estudio de las leyendas y sus transformaciones con el paso de los años. 

Este archivo fue conservado en el Museo Nacional de la Cultura Peruana durante varias décadas y la Comisión Nacional para celebrar el Natalicio de José María Arguedas juzgó que era imprescindible poner en valor y difundir este importante acervo.  Se digitalizaron, catalogaron, transcribieron y editaron 30 archivadores de un total de 67, lo cual nos permite hoy presentar un total de 21 libros digitales electrónicos. Estos libros digitales son textos que han sido transcritos del original, sin modificar la ortografía y la redacción del documento, y han sido plasmados en un diseño que facilita su lectura a través de la página web.

La premisa para realizar los libros fue seleccionar relatos que pudieran ser agrupados según temas y motivos mitológicos, seleccionados por Alejandro Ortiz Rascaniere y Enrique Ballón. Los relatos fueron editados, solo en forma, no en contenido, para facilitar así su lectura para el público en general. Es preciso destacar la colaboración de Leo Casas, miembro de la comisión, que se ocupó de la traducción de los relatos que se encontraban escritos en quechua y del equipo del Museo Nacional de la Cultura Peruana que participó activamente en el proyecto.   

Hoy, casi 70 años después, tenemos que reconocer en este vasto conjunto de relatos, en esta suerte de “foto” de la tradición oral, un antecedente básico para comprender la idiosincrasia de las mayorías en la sociedad peruana. Colgar en la página web de la Comisión estos libros digitales es el primer paso para que su riqueza esté a la mano de todos los interesados en el tema. El segundo paso, y la manera de llegar a las mayorías, implica hacer una selección de los relatos más logrados y significativos de manera que los peruanos podamos confrontarnos no solo con la riqueza de nuestro pasado monumental sino también con las ideas que hemos heredado y que nos hacen ser quienes somos.

Atentamente

Comisión Nacional para celebrar el centenario del Natalicio de José María Arguedas




















(*) Publicado originalmente el 22 de noviembre de 2012.


Fuente:


lunes, 13 de agosto de 2012

La historia de Pakitsa


Fotografía:
1. Pintura de Moisés Torres. Asháninka del río Tambo. Amazonía peruana. Fuente: http://nilavigil.files.wordpress.com/2009/05/pakitsa.jpg


Por Nila Vigil (lingüista)


Este es un dibujo de Moisés Torres, un asháninka del río Tambo. De él nos dice Maria Heise:

“Como los otros amigos Asháninkas, él me hablaba con frecuencia de todos los malos espíritus que pueblan el monte, del “Katsiborere”, el “Chulla chaki”, el “Casanto” hasta el omnipresente “Tunche”; y me reprochaba por mi imprudencia. Siempre me recomendaba no ir sola, sino acompañada por uno de ellos, que habría podido protegerme en situaciones de peligro. [...] [L]e pedí dibujarme todos estos seres tan misteriosos y tan peligrosos que yo no podía ver. Estos dibujos representan el mundo que Moisés y los Asháninka “ven” y que nosotros, con nuestros ojos, no somos capaces de reconocer.”

Cuando Enrique Casanto, Irma Sánchez y Salomón Diquez vieron los dibujos de Moisés reconocieron en ellos historias y experiencias de su pueblo; el pueblo asháninka.  Aquí, la historia de Pakitsa narrada por Irma Sánchez:

Había una vez una chica que le gustaba criar animales. Un día su papá le trajo de la caza un gavilancito. Su nombre es Pakitsa en asháninka. La chica lo quería mucho y lo alimentaba con pescaditos, trocitos de carne, todo lo que le gustaba a su gavilancito. Así, los dos crecieron juntos. El gavilán se hizo más grande y fuerte, y llevaba a casa animales cada vez más grandes, que él mismo cazaba. Por eso nunca faltaba comida en casa.

Sucedió que el gavilán se había enamorado de la chica y le traía mucha comida para que ella creciera rápido. Una vez traía venado y otra sachavaca.

El gavilán empezó a fabricar un nido muy grande y por eso no regresó a casa de la chica por mucho tiempo. La chica, que también se había enamorado del gavilán, se preocupó mucho por la ausencia de su gavilán.

Pero un día lo vio regresar y se alegró mucho. El gavilán se acercó a ella, pero no le había traído nada. La agarró por la cushma y se alejó volando. Ella gritó, pero nadie pudo ayudarla.

El gavilán la llevó a su nido y desde ese día la hizo su mujer. Para los demás, él era un gavilán; pero para ella era un hombre, era su esposo y comprendía su idioma. El nido de ellos se encontraba arriba, sobre el río Ene.
Pero después, el gavilán ya no cazaba animales sino gente que confiada, bajaba por el río.

El gavilán mató a tantos paisanos que la gente decidió darle muerte. Para ello, la gente construyó un hombre gordo hecho de greda, lo vistieron con una cushma, le colocaron una corona en su cabeza y un remo en la mano. Lo sentaron en una canoa y lo empujaron río abajo.

La mujer del gavilán, que ya estaba acostumbrada a comer gente, vio al hombre gordo que bajaba en la canoa y le gritó a su esposo: “Tráeme a ese gordo que quiero comerlo” Pero las uñas del gavilán se quedaron prendidas en la greda y él no pudo liberarse. Con palos y remos la gente lo mató. Desde arriba, la mujer gritaba: “No lo maten, no lo maten, es mi marido.” Pero nadie le hacía caso.

Las plumas del gavilán empezaron a caer y al tocar el agua se iban convirtiendo en pequeñas canoas. En cada una de ellas, había yines, matsiguengas, shipibos, todos los que viven río abajo, y se empezaron a escuchar distintas lenguas. Es por eso que todos estos paisanos saben hacer bonitas canoas.

La mujer se había quedado viuda y ya no podía seguir comiendo gente. Entonces, regresó a la casa de su madre y convenció a su hermano para que le ayude a matar más gente. Otra vez, los paisanos eran muertos al bajar el río.

Pero un día, bajó al río Avireri, el que puede transformarlo todo. La mujer y el hermano quisieron agarrarlo, pero él los convirtió en dos piedras. Estas dos grandes piedras todavía pueden verse en el Pongo de Pakitsapango. (Heise, Maria y Javier Macera (2002) Pakitsa Pinturas y relatos asháninkas. Tarea Gráfica Educativa, Lima, pp.33-35).

Aquí otra versión de Pakitza, narrada por los compañeros de la Central Asháninka de río Ene:

Cuentan los asháninka que en las alturas del pongo de Pakitza, en la zona más angosta de la cuenca del río Ene, vivía Pakitza que en la lengua española significa “águila”. A esta parte se le llama Pakitzapango que significa “casa del águila”.

Pakitza tenía por esposa a una mujer asháninka y a Pakitza le gustaba comer carne humana. Pakitza, con sus grandes garras, colocaba piedras enormes en el río para hacer un gran muro de piedra y cerrar el paso a los asháninkas que surcaban con sus botes el río Ene. De esta manera los atrapaba y devoraba.

Debido a que Pakitza les hacía mucho daño los asháninkas decidieron matarlo. Entonces construyeron un hombre de arcilla y lo pusieron sobre una balsa para que surque el río Ene. Cuando Pakitza fue a atrapar al hombre sus garras quedaron atrapadas en la arcilla y los asháninkas rodearon y mataron con sus flechas a Pakitza. Quemaron la balsa y las plumas de Pakitza se derramaron surcando por todo el río Ene. Los asháninkas dicen que de estas plumas se han formado todas las demás culturas que conocemos en la Amazonía.

Ahora ¿cuál es la relación de Pakitza con el proyecto de la central hidroeléctrica Pakitzapango? Que precisamente se trata del mismo lugar donde se piensa construir un gran muro de piedra para detener el río.

La misma idea que tenía Pakitza para comerse a los asháninkas.

Es por esto que los asháninkas perciben cualquier obstrucción de su río como una afectación directa a sus comunidades, como si los intentaran matar. Para ellos sería terrible que para hacer la represa se vuelva a construir un gran muro en el mismo lugar donde antes vivía Pakitza.

Nota: la escritura Pakitsa y Pakitza obedece a dos variedades de la escritura asháninka.


(*) Texto publicado originalmente el 27 de mayo de 2009 en: http://nilavigil.wordpress.com/2009/05/27/la-historia-de-pakitsa/


viernes, 29 de junio de 2012

El amaru




Fotografías (de arriba – abajo):
1. Amaru-conopa. Cerámica modelada. Siglo XIX. Cusco. Colección Museo Nacional de la Cultura Peruana.
2. Amaru. Madera tallada. Mediados siglo XIX. Sierra sur andina. Fuente: http://pablomacera.blogspot.com.es/2009/09/la-vocacion-por-la-historia-y-otros.html
3. Amaru-teja. Cerámica modelada. Probablemente de  Aymaraes o Andahuaylas (Apurímac). Fuente: http://pablomacera.blogspot.com.es/2009/08/el-amaru-teja.html


Por Sirley Ríos Acuña

Es una figura simbólica, mítica y religiosa que forma parte del panteón andino. Se ha mantenido vigente desde tiempos antiguos hasta nuestros días tanto en la tradición oral como en la producción plástica.

Durante la época colonial esta deidad fue representada en cerámica, keros y en otras expresiones artísticas. En el siglo XVIII aparece con una forma cercana a la de un león coronado. Posiblemente sin alusión a la monarquía española sino, según Pablo Macera, como una reivindicación de Amaru Condorcanqui.

En el siglo XIX las figuras del amaru ya no tienen corona y se acentúan sus rasgos como círculos en el cuerpo, melena, rostro felínico y orejas pequeñas.

Está vinculado con las cochas y pacchas. El amaru se encuentra asociado también a la serpiente y al felino (otorongo) amazónico. Es frecuente en el sur andino. Macera los asocia con la regulación de las lluvias, los ríos y las lagunas, es decir, a las aguas del cielo y de la tierra. De allí que su función sea proteger a los hombres de las sequías o la abundancia excesiva del agua. Los amarus en el Cusco se emplean en los ritos al agua y a la pachamama.           

(*) Pieza del mes del Museo Nacional de la Cultura Peruana (MNCP): noviembre 2001.
(**) Publicado originalmente en la página web del MNCP en 2002.