sábado, 25 de abril de 2020

Artesanías del Perú: ¡vamos a pintar!


Toro de Pucará. Puno. Foto: MINCETUR


“Artesanías del Perú ¡Vamos a Pintar! es un cuaderno de trabajo, contiene 55 dibujos de diferentes artesanías del Perú. Está dirigido a los niños y niñas con el objetivo de que se familiaricen con las artesanías, puedan reconocer sus diferencias y acercarse a la diversidad cultural y geográfica que alberga el territorio peruano.”


Fuente:
Artesanías del Perú: ¡vamos a pintar! Lima: Ministerio de Comercio Exterior y Turismo -MINCETUR, 2017.



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Los cantarillos de Catalina Huanca



Olla. Cerámica de Santo Domingo de los Olleros. Lima, Perú. Colección y foto: Sirley Ríos Acuña



Cuenta la leyenda que Catalina Huanca fué una ollera que vivía en las afueras de Huánuco. Ella, más que ollas hacía cantarillos que los vendía en la ciudad por unos cuantos centavos.

Cierto día un español que vivía en el barrio de Huallaycc compró un cantarillo a Catalina y al examinarlo su resumía el agua, advirtió uno puntos dorados y brillantes. Inquietud desde su península por la sed de oro, redujo a polvo el cantarillo y lo lavó, extrayendo algunos gramos de oro puro. Ni qué decir que desde entonces el buen chapetón fué uno de los mejores clientes de Catalina. De un momento a otro desapareció el español, dejando encargado a su hijito comprar todos los cántaros que le trajese Catalina. El chico conversador e indiscreto como todo chico, preguntó a Catalina donde tomaba la arcilla para hacer sus trabajos. Catalina no se quedó con la lengua atada y curiosa al fin como toda mujer, inquirió para qué compraban tantos cantarillos o poronguitos. El rapaz se hizo lengua contando todo lo que su padre hacía con los poronguitos.

Dueño del secreto, Catalina no volvió a fabricar más ni ollas ni poronguitos. Con tenacidad india se dedicó al trabajo de su mina y sin contar a nadie del nuevo giro de su negocio surífero. Cuentan que Catalina fué presto una gran señora benefactora de Huánuco; que regaló mucho oro para la construcción del templo de San Agustín. Que más tarde fué a Lima y casó con un español a quién tampoco reveló el secreto que constituya hoy la leyenda de las Tres Alcantarillas.

Huánuco, 1 de Octubre de 1946
Normalista María Dolores Zevallos
Directora de la Esc. De 1er Grado de Mujeres Nº 4000
Esta leyenda se la contó su tía Mercedes Malpartida en el año de 1918.


Fuente: 
Archivo Etnográfico José María Arguedas. Recopilaciones de folclore a cargo de docentes del Ministerio de Educación. Centro. Departamento de Huánuco. Legajos 47-45 / 47-44. Cuestionario 1. Lima: Ministerio de Educación, Viceministerio de Gestión Pedagógica, Museo Nacional de la Cultura Peruana, Casa de la Literatura Peruana, Comisión Centenario del Natalicio de José María Arguedas, 2012, págs. 115-116.