sábado, 26 de mayo de 2012

Lucila Pedregal Ramírez





ARPILLERAS
Exposición en la vitrina cultural de la Universidad del Pacífico
6 octubre al 9 noviembre, 2010



Por Marcela Olivas Weston

De acuerdo a la investigadora cultural Sirley Ríos, la arpillera es una expresión plástica popular urbana, se refiere a un cuadro confeccionado con una serie de aplicaciones o superposiciones de figuras de retazos de diversas telas que se cosen y bordan sobre un soporte de tela que representan figuras en volumen como personas, animales o frutos, e incluyen otros elementos como paja, plástico, madera, de acuerdo a la composición a plasmar.

Las arpilleras que presentamos en la vitrina cultural han sido elaboradas por la maestra Lucila Pedregal Ramírez, nacida en Puquio en el departamento de Ayacucho. A los 11 años viajó a Lima, donde se educó y comenzó a trabajar. Conoció a una señora que le daba chompas para arpillar, le llamó la atención la técnica que aprendió con rapidez, posteriormente se dedicó a hacer sus propios trabajos demostrando sus habilidades manuales.

Actualmente las obras de arpillería son más utilitarias y la técnica se aplica a diversos objetos: pie de árbol, pinos o árboles de Navidad, botas navideñas, manoplas, portaobjetos, portalicuadoras, portazafates, porta lentes, porta-cosméticos, toallas, bagueteros, tarjeteros, cartucheras, bolsos de diferentes tamaños, chalecos, fundas de cojines, manteles, mandiles, pantuflas, chompas, mochilas, polos, individuales, servilletas y hasta tarjetas.

CONTACTO/ PEDIDOS:
Sector 12 de Noviembre. MZ. J 4 e. Lote 16. Pamplona Alta (frente al parque Belén).
Teléfono: 285- 0764. Celular: 989508306.



Agradecimientos:
Soledad Mujica, Directora del Museo Nacional de la Cultura Peruana
Historiadoras del Arte: Estela Miranda Castillo, Sirley Ríos Acuña


(*) Publicado el 7 de noviembre de 2010 en: http://artetradicionalperuano.blogspot.com.es/search/label/1.%20Arpiller%C3%ADa

   

Apuntes sobre la exposición fotográfica: Sergio Quijada Jara, memoria de una pasión







Fotografías (de arriba-abajo): Archivo Sergio Quijada Jara. Propiedad de Eloisa Quijada.  
1. Excursión en las ruinas de Lurigancho  junto a Julio C. Tello. 1936.
2. Dialogando con el burilador de mates Mariano Inés Flores. 1948.
3. Rodeado por pastores de Sachacoto  durante la celebración del Santiago en Huancavelica. Década del 50, siglo XX.
4. Presentación artística de un grupo de Huaylarsh. Década del 50, siglo XX.
5. Jurado de un concurso folclórico junto a un Avelino en San Jerónimo de Tunán. Década del 60, siglo XX.
6. Sergio Quijada Jara y la kantuta, flor nacional del Perú. Década del 60, siglo XX.


Por Sirley Ríos Acuña

Sergio Quijada Jara (1914 - 1990), nació el 5 de octubre en Magdalena, anexo del distrito de Acostambo, provincia de Tayacaja, Huancavelica. Siguió estudios de primaria y parte de la secundaria en Huancayo, concluyó en el colegio Nuestra Señora de Guadalupe en Lima. Estudió Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y participó en los Juegos Florales Universitarios de 1940 con el trabajo titulado Estampas Huancavelicanas, ganó una mención honrosa. Incursionó muy joven en la literatura con poemas y novelas pero no llegó a desarrollarse en ese campo. Su principal dedicación fueron los temas del folclor andino.

Reconocido como uno de los intelectuales más representativos del siglo XX. Su ámbito fue la sierra central del Perú, asumió la defensa y revaloración de la cultura popular andina a través del registro escrito, fotográfico y sonoro de las diferentes manifestaciones del patrimonio cultural material e inmaterial. Fue un incansable viajero y cronista de su época.

Este ilustre abogado, asentado en la ciudad de Huancayo, dedicó su vida a investigar los diversos aspectos artísticos y culturales rurales y citadinos, principalmente de Junín y Huancavelica, las zonas donde transcurrieron sus vivencias. Su aporte está en sus recopilaciones con informaciones de los protagonistas. Plasmó sus reflexiones teóricas en un momento en que no se valoraba la cultura popular andina. Esto lo hace merecedor de innumerables reconocimientos.

La producción intelectual de Sergio Quijada se dio a conocer en libros, folletos y artículos periodísticos publicados en el Perú y el extranjero. La mayor parte de sus escritos estaban dedicados a las manifestaciones culturales consignadas dentro del folclor, disciplina acogida por los defensores del indigenismo y el nacionalismo. Sergio Quijada contribuyó con el desarrollo de la teoría del folclor peruano.

SERGIO QUIJADA JARA, memoria de una pasión es una exposición-homenaje que reúne fotografías seleccionadas de su archivo personal y que hoy, gracias al entusiasmo de varios amantes de la cultura popular tradicional, presentamos en formato ampliado. Resulta importante revelar aspectos claves de su vida y obra a través de este corpus de imágenes fotográficas captadas desde la óptica de sus contemporáneos, colegas, reporteros de los medios de comunicación local y amigos fotógrafos como el reconocido Teófilo Hinostroza, además de las fotos de su autoría, obtenidas in situ con el afán de registrarlo todo para capturar el instante y mantenerlo en el tiempo.

La exposición se presenta en bloques temáticos vinculados al entorno familiar y estudiantil, a sus actividades de abogado, deportista y locutor. Destaca la etapa de su defensa y valoración de la kantuta, su interés por el registro del Santiago y las danzas locales, su participación como jurado en concursos de música y danza, su relación con personalidades importantes de la cultura y el arte peruano.

El recorrido visual se inicia con el retrato de Sergio Quijada, cuando ya se nota su madurez intelectual. Resalta la imagen materna de doña Balbina Jara, el panorama de la provincia de Tayacaja (Huancavelica), la casa familiar y en primer plano, casi humanizado, el añorado árbol de molle, testigo de las vivencias infantiles.

Su paso por el colegio en Huancayo fue registrado, en 1933, en una foto grupal con los compañeros del 4to. de secundaria, posando en las ruinas de Wariwillka (Junín), y hacia 1936 cuando ya es estudiante universitario de San Marcos se hace retratar en las ruinas de Lurigancho (Lima) junto a Julio C. Tello.

Instaló su estudio de abogado en Huancayo en la década del 40 y al mismo tiempo desplegó su pasión por el estudio de la cultura popular andina.

También se dedicó al deporte del fútbol, tenis y tiro. En agosto de 1954 la prensa local de Huancayo elogió su participación en dobles con el tenista Jorge Kajatt, quienes resultaron ganadores en la categoría B.

En la segunda mitad de la década del 40 se inició su interés por la kantuta, pero fue a fines de la década del 50 y durante el 60 del siglo XX que manifestó una pasión profunda por la revaloración de la flor nacional. Su discurso sobre la defensa de la kantuta no se quedó en el plano teórico, sino que lo llevó a la práctica. Dan cuenta de ello las imágenes en las que aparece plantando kantutas en los colegios, en los jardines y parques del Valle del Mantaro.

Asimismo, en la década del 50 promovió diversos eventos entre los que destacan los concursos de la Reina Nativa con la intención de valorar la belleza de las mujeres campesinas.

Se hizo socio del Instituto Ramón Castilla, cuya labor fue destacar a este personaje que decretó la abolición de la esclavitud. En 1968, Sergio Quijada fue encargado de dar un discurso junto al monumento del mariscal.

Su permanente actividad en el campo cultural lo llevó a vincularse con Efraín Morote Best, Benigno Ballón Farfán, José María Arguedas, el escultor puneño Luis Ccosi Salas, el pintor Enrique Camino Brent, Rosa Elvira Figueroa y otras personalidades.

Constantemente era invitado como jurado a concursos de música y danza de la zona del Valle del Mantaro. Incluso registró en fotos las diversas danzas y celebraciones locales: el huaylarsh, la huaconada de Mito, la chonguinada, los avelinos, el Santiago, los carnavales, entre otras.

Pero su interés por las expresiones de patrimonio inmaterial no fue lo único que lo motivó, se encargó también de dar a conocer la labor de excelsos artistas populares como el maestro Mariano Inés Flores, burilador de mates de Huancavelica, a quien entrevistó en 1948, en su pueblo de origen, el anexo de San Mateo del distrito de Churcampa, provincia de Tayacaja. La foto nos revela a un artista anciano junto a sus calabazas en proceso de decorado y al mismo tiempo la pobreza material en que estaban inmersos los campesinos de la zona.

Las fotografías que se exhiben forman parte del contexto de revaloración de los archivos fotográficos que se ha iniciado en los últimos años en el Perú. En ese sentido, estas fotografías se consideran registros visuales de una época porque transmiten un determinado pensamiento de la sociedad y del individuo que fotografió.

(*) Publicado el 2008 en: http://espaciomuseal.blogspot.com.es/2008/10/sergio-quijada-lara.html

Exposición Sergio Quijada Jara en la galería de arte Yachay (2008)




Sergio Quijada Jara (Acostambo, Huancavelica 1914 - Lima 1990)

Curadora: Sirley Ríos Acuña 

Del 16 al 30 de octubre del 2008
Galería de arte Yachay: Pasajes Las Tunas (alt. cdra. 7 Av. Los Pinos, paradero 4, Km. 4.5 Av. Túpac Amaru). Independencia. Telf. 522-6332


(*) Publicado el 2008 en: http://espaciomuseal.blogspot.com.es/2008/10/sergio-quijada-lara.html


viernes, 25 de mayo de 2012

Manguillas bordadas






Por Sirley Ríos Acuña

Son prendas independientes para cubrir el antebrazo, denominadas en el habla wanka como mankitash. Estas mangas fueron el perfecto complemento del kotón, especie de túnica negra sin mangas, característico del valle del Mantaro, y cuyo origen se remonta a la prenda femenina prehispánica llamada anacu.

El uso de los manguitos se dio entre las damas europeas en el siglo XVII y en el XVIII en la indumentaria masculina. Se confeccionaron de pieles finas de marta o zorro, con el pelo dispuesto en la parte interna, y de tela forrada. Su forma cilíndrica y abierta en ambos lados se adecuó al antebrazo.

En los años 50 del siglo XX se usaban también las manguillas de paño y bayeta negra o verde con un bordado ralo y sencillo, continuando con los motivos de flores (cantuta, retama, verbena), pinau (hierba del campo) y picaflores. Pero los hilos finos se reemplazaron por lana teñida con anilinas y sintética.

En la colección del Museo Nacional de la Cultura Peruana tenemos, de las décadas 40 y 50, maguillas negras y verdes, combinadas con puños de color rojo y a calidades. Llevan un forro interno de tela tocuyo. En estas piezas destaca el manejo armonioso del color y sus contrastes. En cada manguilla se representan motivos florales variados, racimos de uva, aves, mariposas, llamas, taruka (venado), e incluso personajes estilizados que completan la escena, o el escudo nacional en versión popular. Estas figuras están en distintas posiciones y diversidad de colores, con tendencia en la composición hacia la simetría.

Las manguillas del Museo presentan un bordado de estilo antiguo que el bordador confecciona tomando como base su rodilla.

Las manguillas bordadas se llevaban puestas durante las fiestas, en ocasiones especiales y en las visitas a la Feria de Huancayo. Actualmente su uso es común en la indumentaria de las danzas que llevan el kotón: waylarsh agrario y de carnaval, chonguinada, tunantada, llamichada y tinyacuy. Cabe mencionar que existen makitos tejidos a palitos que son usados por los hombres. En Huancavelica prevalece su uso cotidiano y festivo, y en Junín son parte del traje de los chutos, personajes cómicos que resguardan el orden en la danza de la chonguinada.


(*)   Pieza del mes del Museo Nacional de la Cultura Peruana (MNCP): julio 2007.
(**) Publicado por primera vez en la página web del MNCP en 2007 y el 13 de febrero de 2009 se publicó en: http://artetradicionalperuano.blogspot.com.es/2009/02/manguillas-bordadas-sirley-rios-acuna.html

Cirios del Señor de los Milagros (Lima, Perú)





Fotografías (de arriba-abajo)
1. Cirio. Fuente:
http://www.deperu.com/abc/senor-de-los-milagros/2315/tradiciones-durante-el-mes-del-senor-de-los-milagros

2. Cirios. Fuente: http://www.srdelosmilagrosjp.jicas.net/historia.htm
3. Procesión del Señor de los Milagros. Fuente: http://umeyami.wordpress.com/2011/04/11/cronica-el-mes-de-los-milagros/

Por Sirley Ríos Acuña


La cerería es un arte religioso vinculado a los cultos y festividades católicas. Es una actividad vigente desde la época colonial y de mayor producción en ciudades como Cusco, Ayacucho, Huaraz y Lima.

Las velas y cirios decorados más notables y reconocidos son los que se realizan para la Semana Santa de Ayacucho y los que se ofrendan en la procesión del Señor de los Milagros durante el mes de octubre en Lima.

Precisamente, los cirios del Cristo moreno se caracterizan por ser morados, color del hábito de los devotos, aunque también son blancos con partes de morado. A esto se agrega la decoración tallada de formas vegetales e impresiones hechas con sellos representando figuras de Cristos crucificados o canastillas conteniendo rosas  pintadas de dorado. En la parte central se ubica una estampa impresa a color con la imagen de la pintura del Señor de los Milagros o sólo de un Cristo crucificado en mayor tamaño. Esta área se rodea con una serie de aplicaciones doradas, técnica artesanal de tradición antigua, y se complementa con angelitos moldeados  en relieve. Últimamente los cereros aplican papel platino de colores para hacerlos más llamativos.

En el Cercado de Lima el lugar donde se expenden mayormente estos cirios se encuentra en los alrededores de la Iglesia Las Nazarenas, ya sea en las tiendas o en los comerciantes ambulantes.

Los cirios y velas del mes morado aparecen encendidos durante las misas y procesiones en las andas y en las manos de la muchedumbre devota.