lunes, 18 de febrero de 2013

Cruces (*)


Por Sirley Ríos Acuña

La cruz como primer símbolo del catolicismo fue impuesta durante y después de la conquista española a América. Se colocó sobre la huaca destruida por los evangelizadores y se dieron explicaciones legendarias acerca de su presencia en nuestro continente. Pero la forma de esta imagen cristiana no fue extraña a los indígenas quienes lo relacionaron con la constelación de la cruz del sur que era venerada desde tiempos remotos. Precisamente, los catequizadores se aprovecharon de ello e implantaron la festividad de las cruces en mayo, mes en el que dicha constelación alcanza su cenit, por tanto, época de cosecha. De ahí que la cruz está estrechamente relacionada con el ciclo agrícola y esto lo vemos expresado en las creencias y costumbres tradicionales. Así, la cruz se popularizó y difundió en los andes, siendo objeto de ceremonias de origen prehispánica mezcladas con las católicas.




En la actualidad encontramos cruces de diferente tipo en todo el territorio peruano como las llamadas en Huamanga de calvario o para el interior de las viviendas;  de techo o zafa–casa; de camino, de viajeros o  pasionaria; de cerros o apus; de barrios o de devotos; de chacras, siembras y cosechas; de entrada y salida de los pueblos; de cementerios; de atrios de iglesias; de propiciación; de conmemoración; de curandero; de qochamama (madre agua); etc.

El tres de mayo se considera comúnmente el día central de la festividad, aunque también son celebradas en carnavales, semana santa y en los meses de enero, junio, julio, agosto y setiembre de acuerdo a las costumbres de cada localidad.




Se distingue la fiesta de las cruces grandes y pequeñas. La primera tiene un carácter público mientras que la otra es más privada y hasta familiar. Entre las grandes encontramos por ejemplo la cruz de los cerros o de  camino, hecha de madera de la zona, generalmente pintada de verde o rojo y decorada con los símbolos de la pasión; “vestido” en ceremonia especial por un grupo de devotos y sacado de su sitio establecido para ser trasladado en hombros, al compás de los músicos y estruendo de  los cohetes (artificios pirotécnicos), hasta la iglesia donde se realiza una misa en su honor. En algunos lugares son “veladas”, al igual que las cruces pequeñas. A este ritual lo llaman en Cusco Cruz Velacuy. Estas cruces grandes llevan un nombre según el lugar donde se ubican. Así tenemos a las famosas cruces de Potochi,  Santa Cruz, Espíritu Santo, Pata y la Soltera de Huancavelica; de Motupe o Chalpón; San Cristóbal en Lima entre otros.




Las denominadas cruces pequeñas son las domésticas pertenecientes a cada familia, ya no de la comunidad como en el caso anterior. De ellas las más conocidas dentro del arte tradicional popular son las de calvario o de la pasión y las de techo, elaboradas en distintos materiales. Además, pertenecen a esta categoría las cruces de individuos, en este caso de caminantes o viajeros ayacuchanos, que aparecen como santolines, pequeñas esculturas de piedra de Huamanga (niño rumi), las cuales son llevadas por dichos personajes y son codiciados por los brujos de la zona y de otros pueblos.

La figura de la cruz también está presente en el ritual de la marcación del ganado, al momento de realizar la preparación de la mesa con el ichu dispuesto en forma de este símbolo religioso.
 

4. Cruz con símbolos de la pasión. Madera tallada y plata. Anónimo. Lima. Colección y archivo Museo Nacional de la Cultura Peruana-Ministerio de Cultura de Perú. Fuente: http://es.scribd.com/doc/73803884/Kaypin-Cruz


Los artistas tradicionales son imagineros, hojalateros, herreros, cerrajeros, carpinteros y simplemente campesinos agroganaderos según el tipo de cruz solicitado. Estos artífices son generalmente considerados anónimos pero se conocen obras de destacados retablistas e imagineros ayacuchanos  como Joaquín López Antay, Celso Baldeón, Jesús Urbano Rojas, Florentino Jiménez Toma y otros. Últimamente hemos observado piezas del hojalatero de Huancaní en Junín, Esteban Rojas Párraga.


CRUCES CALVARIO

Estas obras ayacuchanas también llamadas de la Pasión y que reproducen en pequeño formato a las cruces de camino, son colocadas al interior de las viviendas como signo de protección contra los malos espíritus y daños (brujerías). Tuvieron en un principio un uso sólo religioso, que con el cambio de clientela pasaron a ser decorativas, comerciales y se hicieron de mayor tamaño y recargada ornamentación.

 
5. Cruz de la pasión. Madera tallada y pasta modelada y policromada. Siglo XX. Ayacucho. Colección Museo Nacional de la Cultura Peruana-Ministerio de Cultura de Perú. Fotografía: Archivo Universidad del Pacífico.


El material empleado en su elaboración es madera pintada de rojo, verde o amarillo con y sin diseños ondulados y florales. Para el rostro de Cristo, así como para una parte de los símbolos de la Pasión (sol, luna, clavos, martillo, tenazas, gallo, columna, dados, túnica, cáliz con hostia, cráneo con tibias cruzadas, farola, látigo) y otros elementos complementarios como la paloma, el corazón flameante, querubines y rayos, se usa la pasta -preparada en base a papa y yeso-, policromada con anilinas o esmaltes. Al igual que las figuras de los retablos están vaciadas, a veces no se emplean moldes. Esto último es notorio en Joaquín López Antay pues modelaba a  pulso la cabeza de Cristo coronado de espinas, que podía estar, en ocasiones no, dentro de una urna generalmente cubierta con vidrio en la parte frontal, y todos los otros elementos lo moldeaba. Los otros instrumentos pasionarios como la escalera, la lanza, la caña con la esponja y en algunos casos los cuatro rayos que salen del crucero son de carrizo y madera. Además, estas cruces presentan una peana de dos a más escalones sobre la cual puede estar, a veces no, representada una escena campesina referida a la misma temática de los cajones sanmarcos (castigo de un abigeo rodeado de campesinos, animales y un santo).


6. Cruz de la pasión. Madera tallada y pasta modelada y policromada. Jesús Urbano Rojas. Siglo XXI. Ayacucho. Fuente: http://artistasplasticosperu.blogspot.com.es/2012/03/premiacion-amautas-de-la-artesania.html


7. Cruz de la pasión. Madera, pasta modelada policromada y caja de vidrio con dorado parcial. Anónimo. 1946.  Chupaca, Junín. Colección y archivo Museo Nacional de la Cultura Peruana-Ministerio de Cultura de Perú. Fuente: http://www.arteperu.org.pe/propuesta.php?v_pla=4&v_sup=13&v_s=1


Sin embargo, existen obras con los símbolos de la pasión y figuras complementarias pintadas sobre la madera, delineadas en negro y después cubiertos con vidrio, modelando o moldeando en pasta sólo el rostro de Cristo. Inclusive en vez de la plataforma escalonada pueden presentar una peana con una escena similar a la de los cajones sanmarcos.

Cuando la cruz presenta la figura de una tiara con dos llaves o sólo con estas últimas por encima de la cabeza de Cristo o la urna se le llama San Pedro; es Trinidad si tiene la efigie del Padre Eterno; en otras se observa la farola o paloma (urpi) con y sin triángulo  a la que se denomina Santa Cruz, Espíritu Santo o Espíritu. En cambio hay otras cruces que presentan en la peana la representación de San Antonio acompañado de un arriero y una pastora, rodeados de acémilas y ganado vacuno que reciben el nombre del santo. También algunos solicitan el adorno de su devoción y para ciertas siembras piden la cuculí. Cada una de estas cruces son festejadas en fechas distintas.


8. Cruz con los símbolos de la pasión. Hojalata policromada. Familia Araujo. Ayacucho.  Fuente: http://hojalateria.weebly.com/cruces.html


9. Cruz. Hojalata, yeso policromado y vidrio. Familia Araujo. Ayacucho.  Fuente: http://hojalateria.weebly.com/cruces.html


CRUCES DE  TECHO

Otros objetos de uso mágico religioso son las cruces de techo conocidas en Junín como zafa-casas y en Pachangara (Lima) como Cruz Masha. Se colocan muy adornadas con cintas y flores multicolores sobre la cumbrera de las nuevas viviendas, después de finalizado el techado, con fines de protección y prosperidad. Este ritual de colocación de las cruces lo realizan los padrinos que previamente han sido elegidos por los dueños de casa. Toda la ceremonia se da al son de la música y los harawis (cantos), que termina en baile y banquete general. De algún modo esta ceremonia se vincula con la que se realiza para las vigas pintadas de Sarhua que también son obsequiadas por los compadres. 



10. Cruces de techo. Hojalata policromada y fierro. Anónimo. Andahuaylas, Apurímac. Fuente: http://www.arteperu.org.pe/propuesta.php?v_pla=4&v_sup=15&v_s=1



Después del techado los padrinos dan la bendición y otorgan un nombre a la casa, así como desde el techo, para el caso de Junín, arrojan a los presentes y a su comitiva caramelos, galletas y monedas. Precisamente, son ellos quienes mandan a confeccionar las cruces pero en algunos lugares del Cusco son los ahijados los encargados de llevarlos como regalo.  

La cantidad de estas cruces depende del número de padrinos y refleja el prestigio del dueño de casa dentro de su comunidad. Es así como para cada pueblo existen otras variadas costumbres vinculadas al momento de la colocación de estos objetos religiosos, que en esta oportunidad sólo hemos mencionado aspectos comunes a todos.


11. Cruz de techo. Hojalata. Familia Araujo. Ayacucho.  Fuente: http://hojalateria.weebly.com/cruces.html

Esta diferenciación se da así mismo en el empleo de materiales y técnicas. Podemos encontrarlos mayormente de fierro forjado, de hojalata recortada, soldada y con o sin policromía de esmaltes en la cara principal; en menor proporción son de acero, madera, cerámica e ichu. Además, pueden estar solitarias y otras veces acompañadas de pequeñas botellas o cántaros conteniendo agua de lluvia, agua bendita, vino, aguardiente, chicha de jora, otros licores y monedas de plata antiguas; muñecos colgados, lanas teñidas de rojo, verde y amarillo, cintas o trencillas, wallas, mazorcas de maíz con hojas trenzadas, escobitas de ichu o espigas de trigo; incluso se encuentran flanqueadas por toritos de Pucará, por iglesias y conopas recipientes de Quinua, por leones también de cerámica representados de pie y recostados, entre tantos elementos propiciatorios.


12. Cruz de techo. Hojalata policromada y fierro. Anónimo. 1958. Apurímac? Colección y archivo Museo Nacional de la Cultura Peruana-Ministerio de Cultura de Perú. Fuente: http://www.arteperu.org.pe/propuesta.php?v_pla=4&v_sup=15&v_s=1



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(*) Extracto del artículo “Cruces” que fue redactado en 1998 como parte de la investigación de la colección de Arte Popular para la preparación del Catálogo del Patrimonio Artístico del Museo de Arte de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, auspiciado por el Instituto de Investigaciones Humanísticas de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas.



 

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