Fotografías (de arriba-abajo). Archivo Sirley Ríos Acuña.
1. Portada de la revista Artesanías de América, Nº 59-60. 2. Taller común de Santa Rosa de Chontay. 2003. 3. Taller de cestería en las riberas del río Lurín. El artesano José Chilón Huangal y su familia en plena elaboración de las canastas del tipo balay junto al río Lurín. 2003. 4. Trampa para camarones y canastas domésticas de los tipos platanera, guanera y papera elaboradas por Marcos Chumpitáz Hidalgo. 2003. 5. Criadero para camarones elaborado por Diego Chumpitáz Ruíz. 2003. 6. Canasta doméstica del tipo guanera elaborado por Marcos Chumpitáz. 2003. 7. Costurero elaborado en 1997 por Andrés Changanaquí Escate. 2003.
Por Sirley Ríos Acuña
Resumen
La cestería en el Perú data de tiempos precolombinos y es en la actualidad una actividad bastante extendida a lo largo de la costa peruana.
El presente artículo nos presenta un amplio panorama, de la producción de tejidos en fibra vegetal, en Santa Rosa de Chontay. La elaboración de cestas en ese lugar, está estrechamente relacionada a la producción de canastas de uso doméstico, tradicionales esteras y las ancestrales trampas para recolectar camarones.
El río Lurín juega un papel importante en la geografía de Santa Rosa de Chontay, en las actividades realizadas por sus habitantes y en su producción artesanal. En los márgenes del río crecen el carrizo y la caña brava, materias primas que los hábiles pobladores han sabido aprovechar, con gran ingenio, en la elaboración de cestas para diversos usos.
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Una de las manifestaciones plásticas más antiguas en el mundo, es el tejido en fibra vegetal, llamado comúnmente cestería, cuyas antiguas evidencias físicas no se han encontrado, en la cantidad como debieron de haber existido, por el tipo de material orgánico perecible en el tiempo. Se han hallado algunos vestigios que señalan que la cestería debió haber precedido y gestado la invención de la cerámica. De su antigüedad dan cuenta el folklore y los mitos de creación de muchas partes del mundo.
Bajo el término cestería se encuentran no sólo cestos, sino distintos tipos de artículos tejidos y confeccionados con fibra vegetal, clasificados por la constitución del material en duros y blandos. Algunos estudiosos han considerado estos artículos dentro de la especialidad de la textilería, debido a la técnica de su confección. Se encuentra asociada desde tiempos remotos a la tarea de recolección, cacería, pesca y agricultura.
La cestería en el Perú data de épocas prehispánicas y está difundida a lo largo de la costa. La tradición cestera de las riberas del río Lurín también es ancestral.
El presente artículo es el resultado de un trabajo de campo en la zona de Santa Rosa de Chontay y gira en torno a los testimonios de los propios artesanos (1).
En esta oportunidad se presenta un panorama general de la producción de tejidos en fibra vegetal, siendo destacadas las canastas domésticas que reciben diferentes denominaciones relacionadas a su uso: platanera, guanera y papera. Así mismo, se encuentran las características esteras que se emplean para los techos y la construcción de las viviendas en las zonas urbano marginales. Del conjunto sobresalen las ancestrales trampas para camarones que, en época de lluvias, son elaboradas en gran cantidad. Es interesante comprobar que estas últimas se mantienen en uso por los pobladores contemporáneos, lo que amerita su revaloración.
SANTA ROSA DE CHONTAY
La comunidad campesina de Santa Rosa de Chontay, reconocida oficialmente en 1990, está ubicada en el distrito de Antioquía, provincia de Huarochirí, departamento de Lima. La mayor población se asienta a orillas del río Lurín en el km. 37.5 de la carretera rumbo a la mencionada provincia. Forma parte de una de las cinco comunidades campesinas del distrito de Antioquía.
De la época prehispánica, queda como evidencia el camino inca o cápac ñam que aún puede transitarse entre los cerros vecinos. Este camino unía Pachacámac con el Santuario de Pariacaca, Xauxa y el Cusco. A esta ruta se suman las zonas arqueológicas de Lindero y Chontay y los enigmáticos petroglifos. Actualmente la comunidad ocupa el mismo lugar donde estuvo ubicado un tambo antiguo.
El pueblo colonial data más o menos de 1630, que fue creado junto a otros poblados antiguos de la zona: Cochahuayco y Sisicaya. De esa época colonial queda la, hoy reconstruida, iglesia que aún conserva su campana fechada en 1794.
Durante la república comenzó a poblarse nuevamente, con pocas familias de migrantes y algunos peones de la casa hacienda. Hoy sus descendientes están dedicados a la agricultura y a la cestería.
En la actualidad se compone de aproximadamente 30% de habitantes oriundos del lugar y un 70% de migrantes de otras provincias del Perú.
En cuanto a las autoridades, que tienen injerencia en la comunidad, pueden mencionarse a la Junta Directiva Comunal, compuesta por los propios comuneros, un Teniente Gobernador que es la autoridad política y el Agente Municipal que es el representante del Alcalde del Distrito.
Las fechas importantes de celebración son en primer lugar, la fiesta patronal de Santa Rosa de Chontay durante los días 29, 30 y 31 de agosto; en segundo lugar, la fiesta patronal, menos pomposa, en honor a San Martín de Porres, realizada en noviembre; luego sigue la fiesta de carnavales con la característica yunza entre febrero y marzo; finalmente, la fecha del 20 de julio que es el Aniversario de reconocimiento oficial de la comunidad.
La comida tradicional de la zona, que está pasando al olvido, es la sopa seca, denominaban por los antiguos pobladores mancha pecho. Este potaje consta de tallarines, carapulcra con pollo, gallina y chancho. Debido a la existencia de camarones en el río Lurín se acostumbra a preparar chupe, ceviche, chicharrón y otros platos en base a ese marisco.
La zona cuenta con sol todo el año y sembríos que cubren todos los rincones de la quebrada, sustituyendo las antiguas plantaciones de coca, hoy desaparecidas. A lo largo de la ruta, se observa la hermosa campiña cubierta de árboles frutales (manzanas, membrillos, pacaes y paltas) y cultivos de pan llevar.
En ambas márgenes del río emerge, como flora natural, el carrizo y la caña brava, especies que los pobladores han sabido aprovechar, con mucho ingenio, en la elaboración de canastas para diversos usos. Entre las piezas más características figuran las canastas para criar y atrapar camarones durante la crecida del río.
LA ACTIVIDAD ARTESANAL DE LA CESTERÍA EN SANTA ROSA DE CHONTAY
Debido al clima cálido, la presencia de cañas en las riberas del río Lurín es abundante, motivo por el cual los pobladores estables han optado por dedicarse eventualmente a la cestería y principalmente a la elaboración de esteras.
Es una actividad de subsistencia que, de algún modo, ayuda a la precaria economía de los artesanos, quienes a la vez se dedican a otras actividades como la agricultura y la albañilería. Algunos han abandonado sus parcelas por el alto costo que significa mantenerlas.
La cestería es un oficio de larga data en los Andes centrales. Sin embargo parece haberse perdido en la memoria del lugar, pues los actuales pobladores indican que se había iniciado hace unos 40 o 50 años; a excepción de la familia Marchán que manifiesta que entonces la tradición cestera ya era conocida.
Aprendizaje
La mayoría de artesanos aprendieron desde niños el oficio, mediante la observación y participación en alguna etapa del proceso de elaboración de las canastas y esteras.
La enseñanza de la cestería en Chontay se da de dos formas:
1° entre no familiares y
2° entre familiares: de padres a hijos y viceversa o de hermanos a hermanos, abuelos a nietos, tíos a sobrinos.
Materia prima
Se emplean la caña brava y la caña hueca o carrizo. Ocasionalmente la sacuara y el carricillo.
La caña brava (Arundo Donax, familia: Gramineae) crece de forma silvestre en la ribera del río. Llega a tener una altura máxima entre 9 a 10 metros la más gruesa. Esta caña demora en madurar de uno a un año y medio, tiempo propicio para ser empleada. Se dice que mientras más madura esté se garantiza una mayor duración de los objetos elaborados. Se caracteriza por ser más dura y de mayor grosor o diámetro que el carrizo. Debido a que tiene una mayor carnosidad y resistencia, requiere pasar por unos procesos previos de flexibilización. Por su dureza se la emplea generalmente para hacer canastas. También las más grandes pueden ser vendidas como “parantes” (varas de caña) y ser usados para el techo de las casas rústicas.
Esta caña tiene una flor a la cual llaman “sacuara”, que crece en la parte superior de la caña madre y que está conformada por un tallo delgado con unas espigas de color entre marrón y crema. De su tallo se hacen cestos pequeños y caseros. Al respecto se menciona: “…por su diámetro angosto y su altura pequeña su utilización es más bien casera, los artesanos la utilizan para confeccionar cestos y guardar sus verduras o hacer secar los quesos, por lo dificultoso y su fragilidad, no es material preferido por los artesanos para hacer canastas para la venta.” (2) Hoy las comercializan para convertirlas en adornos o “plumillas” de colores.
La caña hueca o carrizo (Phragmites australis - P. Communis) también crece de forma natural alrededor del río. Madura a los seis u ocho meses. Crece hasta 2 metros de altura y su tallo es más flexible y delgado en grosor respecto de la caña brava. Se caracteriza por su “…color verde intenso en su estado inicial y amarillo al secarse; tallo de forma redonda: su forma es rígida y resistente, posee nudos equidistantes que aumentan a medida que alcanzan un nuevo ciclo de crecimiento.” (3) Se emplea por lo general para elaborar las trampas para recoger camarones y esteras, excepcionalmente para las canastas domésticas.
Proceso de elaboración
Son dos momentos por los que atraviesa la producción cestera, cada cual con sus respectivas fases.
Sobre la materia prima:
1. Selección
2. Corte de caña
3. Pelado
4. Partido de caña (en varillas)
Sobre el objeto:
1. Selección de varillas de caña
2. Disposición de las varillas
3. Tejido (de la base, cuerpo, borde y asas)
(1) Cabe señalar que en mayo del 2003 se realizó en el Museo Nacional de la Cultura Peruana la exposición “Cestería de Santa Rosa de Chontay”, donde se presentó de manera didáctica los resultados de la investigación, contando con el apoyo de la Doctora Natividad Vásquez Pérez, quien nos contactó con los artesanos.
(2) SOTO; 1987: 35.
(3) UGARTE-QUIROZ; 1996: 20.
Ver el artículo completo en:
Ríos Acuña, Sirley. “El arte del tejido en fibra vegetal: La cestería de Santa Rosa de Chontay.” Artesanías de América, 59-60 (2005), pp. 151-172.
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