Fotografías (de arriba – abajo):
1. Muki. Maguey, pasta modelada, cuero y metal. 28.5 x 13 x 7 cm. Maximiliana Palomino de Sierra. 1972. Cusco. Colección Museo Nacional de la Cultura Peruana. 2. Muki. Cuero pintado. 45 cm. alto. Fuente: http://yllari.com/arte/?p=484
1. Muki. Maguey, pasta modelada, cuero y metal. 28.5 x 13 x 7 cm. Maximiliana Palomino de Sierra. 1972. Cusco. Colección Museo Nacional de la Cultura Peruana. 2. Muki. Cuero pintado. 45 cm. alto. Fuente: http://yllari.com/arte/?p=484
Por Sirley Ríos Acuña
El muki es un duende que habita en las minas y cuida de ellas. Es el intermediario entre el hombre y la naturaleza. Aparece representado en la imaginería popular y en los relatos orales en forma de un minero. Es en las minas del centro andino donde cobra mayor popularidad.
El espacio de dominio del muki es el mundo subterráneo, el ukupacha, motivo por el cual los mineros le otorgan ofrendas de coca y cigarros para trabajar tranquilos y extraer los minerales de la mina.
La fisonomía del muki de acuerdo a la tradición de Chongos Alto (Chupaca, Junín) es la de un niño hermoso de tamaño pequeño como un enano y entre los cerreños también como la de un “ser pequeño, de cuerpo fornido y desproporcionado” cuya cabeza “está unida al tronco, pues no tiene cuello”. Asimismo tiene cabellos largos y rubios, rostro cubierto por vellos y larga barba blanca, con orejas largas y puntiagudas, su voz es grave y ronca. En otras tradiciones el muki viste con traje minero verde, calza botas, se cubre con un casco que tiene dos cuernos y lleva en las manos un farol y una lampa. Este es el caso de la obra elaborada en 1972 por la muñequera cusqueña Maximiliana Palomino de Sierra que pertenece a la colección del Museo Nacional de la Cultura Peruana.
(*) Pieza del mes del Museo Nacional de la Cultura Peruana (MNCP): abril 2002.
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