Fotografías (de arriba-abajo): Marcela Olivas Weston. Archivo Universidad del Pacífico. 2009.
1. Vitrina cultural. 2. Corona. Llanchama pintada y plumas. 2008. Grupo étnico Bora. Loreto. Colección Museo Nacional de la Cultura Peruana - Ministerio de Cultura de Perú.
CORONAS DE LA AMAZONÍA
Exposición en la vitrina cultural de la Universidad del Pacífico
Setiembre, 2009
Setiembre, 2009
Por Marcela Olivas Weston
El poblamiento de la Amazonía es muy antiguo; las escasas investigaciones arqueológicas han encontrado restos de cerámica fechados en 3 500 a.C. en la zona del río Chambira (Morales, 1993).
Existen evidencias que las distintas culturas prehispánicas se acercaron a la Amazonía en busca de las plumas de sus variadas aves y animales exóticos para adornar sus vestidos y tocados. Después de la conquista hispana la Amazonía despertó la curiosidad de cronistas, viajeros, aventureros, misioneros (dominicos, franciscanos, jesuitas) y antropólogos que viajaron y recorrieron sus extensos territorios por diversas razones e intereses.
Las primeras fotografías conocidas, de fines del siglo XIX, muestran a sus pobladores organizados en tribus, ataviados de manera extraña y con costumbres diferentes a las occidentales, como caminar con los pies en contacto con la tierra, por lo que se les denominó “chunchos” o “salvajes”.
Si bien en la actualidad la mayoría de los grupos indígenas amazónicos están integrados de diferentes formas a la modernidad, aún siguen viviendo en íntimo contacto con la naturaleza que los rodea, que han tenido que conquistar para sobrevivir, con los conocimientos de sus antepasados que guardan en su memoria biocultural y los trasmiten oralmente a través de mitos, leyendas y cantos. Los pueblos indígenas consideran que el bienestar de los individuos y las colectividades depende de mantener una relación armoniosa entre el mundo visible de los humanos y los mundos invisibles de las divinidades, los espíritus y las esencias primordiales.
Los habitantes de las naciones amazónicas elaboran utensilios de forma artesanal, transforman los productos del bosque para diversos fines. El barro, las raíces de los árboles, las lianas o sogas, las plumas, las cortezas, la madera, los tintes y las semillas adquieren formas y texturas variadas al transformarse en adornos y en objetos de uso cotidiano. Confeccionan además, una artesanía ceremonial que consiste en vestimentas, ornamentos, vasijas y objetos variados para sus ceremonias chamánicas y otras de uso comunal.
El historiador Luis Eduardo Wuffarden apunta: “Sin embargo, la importancia concedida a los géneros relacionados con el adorno personal contienen precisos mensajes de distinción o de rango social dentro del propio grupo o frente a las demás etnias. Entre todos aquellos géneros, tal vez el arte plumario continúe siendo el más llamativo a ojos del espectador occidental. No es de extrañar que la búsqueda de aves exóticas y plumajes coloridos haya sido una de las razones que, en tiempos de los últimos incas, impulsaron a la conquista de estas tierras. De hecho, la nobleza cusqueña solía ostentar la posesión de guacamayos como emblemas de riqueza y poder”.
“Muchos de los actuales tocados de plumas reciben todavía el nombre de "coronas", aunque no siempre sean distintivos de autoridad. Entre los pueblos achuar, awajun, wampis y kandozi, por ejemplo, el uso de tales atuendos corresponde a momentos festivos o a las raras ocasiones en que se visita a los vecinos. De acuerdo con la colocación o el color de las plumas, el usuario busca ejercer el mismo atractivo que el de las aves durante el cortejo nupcial o disfrutar de sus cualidades reales o atribuidas. A veces, entre los ashaninka y los nomatsiguenga, ejemplares disecados a manera de pendientes añaden un componente "hiper-realista" llamado a distinguir las virtudes del buen cazador”.
El investigador Roberto Villegas subraya que “Las coronas son sumamente vistosas, como las usadas por los Orejones, llamadas Maa Haro o las Maiti, que usan los shipibos, naturalmente muchas tribus usan coronas y tienen un hondo contenido simbólico, como en el caso concreto de los Cashibos cuya corona es la representación de la constelación de la Cruz del Sur y las cuatro estaciones. Mientras que en la mayor parte de las coronas las plumas están dispuestas verticalmente, las tribus del río Alto Purús, las colocan horizontalmente, esto se da en los Cashinahuas, Culinas y Sharanahuas”.
“Las plumas pueden ser insertadas sobre un tejido de algodón o servir como trama intercalada, en otros casos son adheridas sobre un tejido vegetal con propóleos, que es la cera negra que producen las abejas para tapar todos los intersticios del panal o colmenar, también usan la brea. Se utilizan con frecuencia las plumas del tucán, guacamayo, garza blanca y rosada, loro, paucar y paujil”.
“Las coronas de los grupos tribales de las familias etnolinguista pano, son hechas con tiras de caña o bambú y presentan cuatro cruces dispuestas en rombo, van revestidas con hilos de algodón de diferentes colores y rematadas con pequeños manojitos de plumas. Los cuatro vástagos de las cruces corresponden -según las creencias de estos grupos amazónicos- a igual número de palmeras que sostiene el cielo y las nubes, para que no caigan sobre la tierra. El mundo para ellos tiene la forma de un rombo, en cuyos cuatro vértices moran, respectivamente, dioses solares. En la puerta del cielo, que está en el centro del firmamento, hay una gran cruz conformada por la intersección de los cuatro vástagos”.
Detrás de cada corona que presentamos en esta exposición hay una cultura que se expresa en distintas lenguas, en sus formas de organización social, en sus creencias religiosas, en sus expresiones estéticas, y que recién se está redescubriendo. Todo ello conforma nuestro Patrimonio Inmaterial.
Piezas en exposición procedentes del Museo Nacional de la Cultura Peruana:
- Corona masculina. Uitoto. Llanchama pintada y plumas. Loreto, 2008.
- Corona de Shamán. Uitoto. Llanchama pintada y plumas. Loreto, 2008.
- Corona masculinas. Mororuna, Matsé. Fibra vegetal pintada. Loreto, 2008.
- Corona de curaca. Bora. Llanchama y plumas. Loreto, 2008.
- Coronas masculina. Uitoto. Llanchama. Fibra vegetal y plumas. Loreto, 2008.
- Corona. Bora. Llanchama pintada y plumas. Loreto, 2008.
- Corona femenina. Bora. Llanchama pintada y plumas. Loreto, 2008.
- 2 Vinchas. Tejido y plumas. Madre de Dios, 2008.
- Corona. Asháninka. Satipo. Púas de puercoespín, bejuco y plumas de guacamayo. Junín, 2008.
- Corona masculina. Pampa Michi. Caña. Chanchamayo, Junín, 2008.
- Gorro. Cacataibo. Piel de mono. Aguaytía, 1950.
- Corona ceremonial. Shetebo. Corteza, tela pintada y palo de balsa. Bajo Ucayali, 1950.
- Corona masculina. Cashibo. Piel de mono choro, hilo y brea.
- Corona masculina. Asháninka. Carrizo, hilo y brea. Río Tambo, 1950.
- Corona. Cacataibo. Corteza, caña, algodón y plumas de guacamayo. Aguaytía, 1950.
- Corona Cacataibo. Paja trenzada. Aguaytía, 1950.
Lima, setiembre de 2009
Las primeras fotografías conocidas, de fines del siglo XIX, muestran a sus pobladores organizados en tribus, ataviados de manera extraña y con costumbres diferentes a las occidentales, como caminar con los pies en contacto con la tierra, por lo que se les denominó “chunchos” o “salvajes”.
Si bien en la actualidad la mayoría de los grupos indígenas amazónicos están integrados de diferentes formas a la modernidad, aún siguen viviendo en íntimo contacto con la naturaleza que los rodea, que han tenido que conquistar para sobrevivir, con los conocimientos de sus antepasados que guardan en su memoria biocultural y los trasmiten oralmente a través de mitos, leyendas y cantos. Los pueblos indígenas consideran que el bienestar de los individuos y las colectividades depende de mantener una relación armoniosa entre el mundo visible de los humanos y los mundos invisibles de las divinidades, los espíritus y las esencias primordiales.
Los habitantes de las naciones amazónicas elaboran utensilios de forma artesanal, transforman los productos del bosque para diversos fines. El barro, las raíces de los árboles, las lianas o sogas, las plumas, las cortezas, la madera, los tintes y las semillas adquieren formas y texturas variadas al transformarse en adornos y en objetos de uso cotidiano. Confeccionan además, una artesanía ceremonial que consiste en vestimentas, ornamentos, vasijas y objetos variados para sus ceremonias chamánicas y otras de uso comunal.
El historiador Luis Eduardo Wuffarden apunta: “Sin embargo, la importancia concedida a los géneros relacionados con el adorno personal contienen precisos mensajes de distinción o de rango social dentro del propio grupo o frente a las demás etnias. Entre todos aquellos géneros, tal vez el arte plumario continúe siendo el más llamativo a ojos del espectador occidental. No es de extrañar que la búsqueda de aves exóticas y plumajes coloridos haya sido una de las razones que, en tiempos de los últimos incas, impulsaron a la conquista de estas tierras. De hecho, la nobleza cusqueña solía ostentar la posesión de guacamayos como emblemas de riqueza y poder”.
“Muchos de los actuales tocados de plumas reciben todavía el nombre de "coronas", aunque no siempre sean distintivos de autoridad. Entre los pueblos achuar, awajun, wampis y kandozi, por ejemplo, el uso de tales atuendos corresponde a momentos festivos o a las raras ocasiones en que se visita a los vecinos. De acuerdo con la colocación o el color de las plumas, el usuario busca ejercer el mismo atractivo que el de las aves durante el cortejo nupcial o disfrutar de sus cualidades reales o atribuidas. A veces, entre los ashaninka y los nomatsiguenga, ejemplares disecados a manera de pendientes añaden un componente "hiper-realista" llamado a distinguir las virtudes del buen cazador”.
El investigador Roberto Villegas subraya que “Las coronas son sumamente vistosas, como las usadas por los Orejones, llamadas Maa Haro o las Maiti, que usan los shipibos, naturalmente muchas tribus usan coronas y tienen un hondo contenido simbólico, como en el caso concreto de los Cashibos cuya corona es la representación de la constelación de la Cruz del Sur y las cuatro estaciones. Mientras que en la mayor parte de las coronas las plumas están dispuestas verticalmente, las tribus del río Alto Purús, las colocan horizontalmente, esto se da en los Cashinahuas, Culinas y Sharanahuas”.
“Las plumas pueden ser insertadas sobre un tejido de algodón o servir como trama intercalada, en otros casos son adheridas sobre un tejido vegetal con propóleos, que es la cera negra que producen las abejas para tapar todos los intersticios del panal o colmenar, también usan la brea. Se utilizan con frecuencia las plumas del tucán, guacamayo, garza blanca y rosada, loro, paucar y paujil”.
“Las coronas de los grupos tribales de las familias etnolinguista pano, son hechas con tiras de caña o bambú y presentan cuatro cruces dispuestas en rombo, van revestidas con hilos de algodón de diferentes colores y rematadas con pequeños manojitos de plumas. Los cuatro vástagos de las cruces corresponden -según las creencias de estos grupos amazónicos- a igual número de palmeras que sostiene el cielo y las nubes, para que no caigan sobre la tierra. El mundo para ellos tiene la forma de un rombo, en cuyos cuatro vértices moran, respectivamente, dioses solares. En la puerta del cielo, que está en el centro del firmamento, hay una gran cruz conformada por la intersección de los cuatro vástagos”.
Detrás de cada corona que presentamos en esta exposición hay una cultura que se expresa en distintas lenguas, en sus formas de organización social, en sus creencias religiosas, en sus expresiones estéticas, y que recién se está redescubriendo. Todo ello conforma nuestro Patrimonio Inmaterial.
Piezas en exposición procedentes del Museo Nacional de la Cultura Peruana:
- Corona masculina. Uitoto. Llanchama pintada y plumas. Loreto, 2008.
- Corona de Shamán. Uitoto. Llanchama pintada y plumas. Loreto, 2008.
- Corona masculinas. Mororuna, Matsé. Fibra vegetal pintada. Loreto, 2008.
- Corona de curaca. Bora. Llanchama y plumas. Loreto, 2008.
- Coronas masculina. Uitoto. Llanchama. Fibra vegetal y plumas. Loreto, 2008.
- Corona. Bora. Llanchama pintada y plumas. Loreto, 2008.
- Corona femenina. Bora. Llanchama pintada y plumas. Loreto, 2008.
- 2 Vinchas. Tejido y plumas. Madre de Dios, 2008.
- Corona. Asháninka. Satipo. Púas de puercoespín, bejuco y plumas de guacamayo. Junín, 2008.
- Corona masculina. Pampa Michi. Caña. Chanchamayo, Junín, 2008.
- Gorro. Cacataibo. Piel de mono. Aguaytía, 1950.
- Corona ceremonial. Shetebo. Corteza, tela pintada y palo de balsa. Bajo Ucayali, 1950.
- Corona masculina. Cashibo. Piel de mono choro, hilo y brea.
- Corona masculina. Asháninka. Carrizo, hilo y brea. Río Tambo, 1950.
- Corona. Cacataibo. Corteza, caña, algodón y plumas de guacamayo. Aguaytía, 1950.
- Corona Cacataibo. Paja trenzada. Aguaytía, 1950.
Lima, setiembre de 2009
(*) Extracto del folleto de exposición.
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