Fotografías (de arriba-abajo):
1 y 2 Índice y primera página del artículo de la revista Ñawinpukio, Nº 6.
3. La procesión de la Virgen del Carmen y la danza de los chunchos. Pintura sobre tela. Julio Villalobos Miranda. Segunda mitad del siglo XX. Cusco. Fuente: Maria del Carmen et.al. Artesanía peruana: Orígenes y evolución. Lima: ALLPA, 1992, p. 217.
4. La procesión de San Sebastián y el jalapato. Pintura sobre tela. Julio Villalobos Miranda. Segunda mitad del siglo XX. Cusco. Fuente: Maria del Carmen et.al. Artesanía peruana: Orígenes y evolución. Lima: ALLPA, 1992.
5. La procesión de Santiago mata moros. Pintura sobre tela. Julio Villalobos Miranda. Segunda mitad del siglo XX. Cusco. Fuente: Maria del Carmen et.al. Artesanía peruana: Orígenes y evolución. Lima: ALLPA, 1992.
Por Sirley Ríos Acuña (1)
Julio Villalobos Miranda, artista popular de San Blas (Cusco), el más integrado a su comunidad y el que se autodefine “pintor de pendonería”, no sólo se dedicó a realizar pinturas de picanterías o chicherías en hojalata, sino altares portátiles del Corpus Christi, adornos y flores sobre todo; tallados de madera e imaginería representando la procesión del Corpus; incluso pintó banderas, estandartes y julcas religiosas. Al bajar la demanda de estas obras es incentivado por Alicia Bustamante, en la década del 50, para pintar sobre tocuyos escenas procesionales como las del Corpus Christi, dispuestos en largas bandas, de 8 a 10 metros y hasta más; además, de otros temas costumbristas pero de menor proporción. Para ello empleó témperas de fábrica y en menor medida tierras naturales. Cuando la tela presentaba las tramas muy separadas lo cubría con una imprimación de tiza y cola de carpintero (hecha de cueros hervidos de res), para después dibujar con lápiz y aplicar los colores no necesariamente siguiendo el diseño trazado. A Villalobos se le encuentra trabajando en el Taller de Hilario Mendívil en donde también se producían pinturas. De ahí que exista confusión en la autoría de estos trabajos pictóricos salidas de taller y las que generalmente se atribuyen hechas sólo por Mendívil. Esto último es lo que sucede con una pintura que posee el Museo de Arte de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, fechada aproximadamente entre la década del 50 y 60 del siglo XX, y que representa en una larga banda la Procesión del Corpus Christi y ceremonias tradicionales, separadas en 14 escenas, tituladas y coronadas por una orla de flores. Así mismo, Francisco Stastny atribuye esta pieza a Hilario y Pablo Mendívil, que a nuestro parecer, tal como lo indicamos antes, fue más bien un trabajo grupal en la que Villalobos imprimió su personalidad junto a los dueños de taller y posiblemente otros anónimos. Con esto no queremos menospreciar la actividad creativa de la familia Mendívil sobre todo de los padres, sino brindar algunos alcances que permitan valorar la labor de otros artistas populares no reconocidos en su momento.
Otra banda pintada con el tema de la Procesión del Corpus Christi en la que Villalobos imprimió su sello artístico se encuentra en la colección del Museo Nacional de la Cultura Peruana.
Entre las pinturas firmadas por el artista tenemos en la colección del Museo de Arte de la Universidad de San Marcos dos banderas que fueron expuestas en 1978 en la Galería del Banco Continental. Se trata de la representación del Glorioso Patrón San Blas y de Nuestra Señora de Belén, ambas están pintadas a la témpera sobre tela y llevan inscritas el nombre de la imagen, de la entidad bancaria y del año de elaboración o exhibición. En el catálogo de dicha exposición Barrio de San Blas se indica que fueron tres pinturas de Villalobos las que se presentaron, dos de las cuales pertenecen al Museo de Arte y de una que representa a San Jerónimo se desconoce su paradero. También existen dos pinturas de temática costumbrista en el Museo Nacional de la Cultura Peruana. Algunas de sus obras fueron publicadas en libros de arte tradicional.
Podemos distinguir tres etapas en la producción pictórica de Villalobos, determinados por los cambios en las formas, uso de materiales y técnicas: antes de su encuentro con Alicia Bustamante, en el taller de Hilario Mendívil o bajo influencia de Alicia y cuando sale del anonimato. Esta última etapa corresponde cuando se dio a conocer por primera vez, en 1973, en la exposición llamada Inkarri, organizada en Lima. Por esta fecha aparece un afiche publicado por el SINAMOS con una escena del Corpus y firmado por Villalobos.
Después de dar a conocer sus obras, los estudiosos del arte popular y los coleccionistas se interesaron por ellas. A partir de ahí, comenzó a exponer en distintas galerías incorporando otras temáticas a pedido de la nueva clientela: corridas de toros serranas, desfiles militares, bautizos, cortapelos, etc. Así mismo, continuó con los motivos procesionales, recurriendo constantemente a tomar procesiones individuales de cada Santo que aparece en el Corpus.
Ver el artículo original y completo en:
Ríos Acuña, Sirley. “La pintura popular cusqueña y la obra de Julio Villalobos Miranda”, Ñawinpukio, revista cultural, Lima, 6 (julio 2006), pp. 4-11.
Nota
(1) La autora del presente artículo realizó en 1996 la investigación de la producción artística de Julio Villalobos Miranda, en coautoría con Oscar Infante, cuando ambos eran estudiantes de historia del arte de la E.A.P. de Arte de la UNMSM. Posteriormente, la autora se dedicó a profundizar y ampliar la investigación sobre Julio Villalobos. Cabe mencionar, que entre los primeros investigadores en interesarse por la obra del artista cusqueño se encontraban Alicia Bustamante, Roberto Villegas y el arqueólogo Alejandro Soto, pero sólo el segundo llegó a publicar una nota periodística en La Prensa (1974), un artículo en el Boletín de Lima (1984) y después le dedicó unos párrafos en su libro Artesanías peruanas (2001) y en Artesanía peruana: Orígenes y evolución (1992).
No hay comentarios:
Publicar un comentario