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jueves, 20 de enero de 2022

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Cruces de mayo




Fotografías (de arriba-abajo): Archivo Universidad del Pacífico.
1. Cruz de techo. Hojalata y fierro soldado y pintado. Siglo XX. Huaraz, región Ancash. Colección Museo Nacional de la Cultura Peruana.
2. Cruz con anagrama de María. Madera tallada y pintada. Siglo XX. La Libertad. Colección Museo Nacional de la Cultura Peruana.
3. Cruz de la pasión. Madera tallada y pasta modelada y policromada. Siglo XX. Ayacucho. Colección Museo Nacional de la Cultura Peruana.

CRUCES DE MAYO
Exposición en la vitrina cultural de la Universidad del Pacífico
Mayo, 2009


Cruces y más cruces se ven por todos los caminos del territorio y sobre los cerros totémicos. En el mes dedicado a la Cruz, todos estos signos baten albos lienzos y son adornados con palmas y flores, con esa gracia del arte indio antiguo que aún se conserva en estas ocasiones.” (José Sabogal)


jueves, 6 de septiembre de 2012

Alforjas del Perú








Fotografías (de arriba-abajo):
1. Alforja. Tejido con hilo industrial. 97 x 42,5 cm. Década 1940. Región Lambayeque. Colección Museo Nacional de la Cultura Peruana.
2. Alforja almudera. Tejido con lana de ovino hilado a mano, teñido con nogal. 103 x 47 cm. Década 1970. Región Cajamarca. Colección Museo Nacional de la Cultura Peruana.
3. Alforja. Tejido con algodón teñido. 127 x 41 cm. Década 1950. Región Ancash. Colección Museo Nacional de la Cultura Peruana.
4. Alforja pava aliblanca. Tejido con hilo industrial. Monsefú, región Lambayeque. Fuente: http://ameblo.jp/tondero/image-10042995276-10028223509.html
5. Campesina con alforja de Chota. Región Cajamarca. Archivo Marcela Olivas Weston.
6. Campesino con alforja de San Miguel. Región Cajamarca. Fotografía: César Vásquez. 5 enero, 2003. Fuente: http://picasaweb.google.com/lh/photo/jjIxN6fPR4cQXw00M2Rocw
7. Campesino con alforja de San Miguel. Región Cajamarca. Fotografía: Víctor Hugo Alvítez Moncada. Fuente: http://sanmiguelcajamarca.blogspot.com.es/2010/04/poesia-sanmiguelina-elmer-rodas-cubas.html

ALFORJAS DEL PERÚ
Exposición en la vitrina cultural de la Universidad del Pacífico
Junio, 2009


Por Marcela Olivas Weston

La alforja es una especie de bolsa que usan los campesinos en las regiones costeñas y serranas norteñas: Piura, Lambayeque, Cajamarca, La Libertad y Ancash, y también en el sur del Ecuador. Es una sola pieza tejida, con dos grandes bolsillos dispuestos en los extremos, separados por una banda que se coloca al hombro; cada bolsillo cae, uno al pecho y otro a las espaldas del portador, permitiendo el juego de equilibrio con la carga transportada. Los campesinos la usan cuando van a los mercados para llevar sus compras, para transportar sus cosechas del campo o para llevar su fiambre.

En cada zona la alforja tiene características diferentes. Hay alforjas para hombres y mujeres y también para la carga de los animales. Hay otras que se llevan en el brazo. Las alforjas tienen origen hispano y posiblemente árabe (al khurj); fueron traídas por los conquistadores españoles. En la actualidad, las normas de composición estética de todo el conjunto de la alforja tejida en el norte del Perú se rigen por valores estructurales andinos.

Fabricar alforjas es un trabajo específicamente femenino, como casi toda la producción de tecnología tradicional textil. Requiere de especialistas que son identificadas en el pueblo como las “maestras” en este arte, e inician su aprendizaje textil a partir de los 6 años más o menos. Cuando les piden hacer una alforja, algunas colocan su nombre, como un signo de distinción. Aprender a tejer significa, no solamente manejar los procesos técnicos del hilado, urdido y tejido, sino que implica dominar principios abstractos para la composición del color, la estructura formal y el diseño. Cuando estos son compartidos por tejedores de la misma región, a partir de pautas confirmadas por la costumbre y por la disponibilidad de recursos materiales y técnicos, se definen los estilos locales.

Las alforjas son expresiones artísticas de un sistema de comunicación textil. Los elementos gráficos y distintivos de la pieza son símbolos, expresados en motivos variados; su yuxtaposición responde a determinadas reglas estéticas. Portar una alforja, como sucede con la vestimenta campesina, es una marca de pertenencia y de identidad local; así sucede también con otros productos textiles como frazadas, ponchos, chales y fajas.

La elaboración de las alforjas es un complejo proceso que va desde la selección de la materia prima, la preparación del tejido, la selección de los hilos destinados a formar el motivo, hasta la ejecución del tejido propiamente dicho, con la habilidad en el manejo de los telares de cintura o kallua, y la decoración con los adornos finales. La destreza manual de la tejedora imprime el sello definitivo a la alforja.

Hay varias calidades de alforjas: la alforja corriente y la alforja más fina. En la región de Ancash aún se tejen alforjas gruesas de lana de carnero con diseños geométricos. En Mórrope, región  Lambayeque, se está recuperando el uso del algodón nativo para tejer sus alforjas.

En la región de la Libertad, en el distrito de Moche y en Piura, en la provincia serrana de Huancabamba y en Catacaos, las mujeres tejen alforjas que suelen decorarse con diseños polícromos y breves textos, generalmente cuartetos, con temas alusivos a los usuarios.

En Lambayeque - refiere el especialista Roberto Villegas - las alforjas se confeccionan en Villa Eten, Sta. Rosa, San José y Monsefú; las elaboradas allí son muy reconocidas, se las denomina alforjas labradas y se decoran con motivos de pavos reales, escudos, maceteros, ángeles, aves, peces y personajes, bordados con guardillas de plantas y figuras geométricas. Las alforjas contienen también expresiones de los sentimientos de sus pobladores; sus cuartetas populares plasmadas en la parte superior e inferior del ícono central de cada ¨tapa¨ de la alforja, tienen mensajes amorosos o de amistad, según sea el caso, creados o escogidos por sus tejedoras:

Esta alforja que te mando /sabe Dios lo que me cuesta / mis ojos quedan llorando/esperando tu respuesta”.

Águila que vas volando/ en tu pico llevas flores/ en tu pecho azucenas/ y en tu corazón mis amores”.

En la palma de mi mano/ te quisiera retratar/y así tenerte en mis brazos/ y nunca poderte olvidar”.

Augusto León Barandiarán, historiador lambayecano escribe: “En Monsefú todo es alforjas. Se come, se duerme, se baila, se vive y se muere sobre alforjas… ésta es la meca de las alforjas”.

En Cajamarca, las alforjas de Chota tienen una gran reputación. Las alforjas grandes, denominadas almuderas, son las que se usan en el campo; están decoradas sólo con líneas verticales blancas y azules, en cada uno de sus bolsillos pueden llevar un almud, es decir unas 36 libras (el almud es una medida de capacidad utilizada en el medio rural de Cajamarca, de origen hispano). Estas alforjas tienen una trenza bordada a los lados y en los cuatro ángulos van unos pompones de lana de color azul y blanco.

La alforja mediana, producida en grandes cantidades, es más pequeña. Sus decoraciones consisten en franjas con motivos geométricos, con efectos muy variados. El diseño se presenta en tres espacios separados por rayas horizontales. En ellos se mezclan motivos fitomorfos o zoomorfos y también suelen representar al escudo nacional. De acuerdo al motivo se da el nombre a la pieza; pueden ser alforjas de pavos y alforjas de escudo. En la parte superior bordan frases, versos, dedicatorias como por ejemplo: Ya no hallaras cariño como el mío. Solo pienso en ti, de acuerdo con la creatividad de la artesana.

Las más bellas alforjas chotanas son las tejidas “en fondo blanco”, pues la variedad de los motivos usados puede apreciarse mejor, permitiendo un contraste entre el fondo blanco y los motivos de colores. El espacio es profusamente decorado y la disposición de los diseños de escudos y pavos se repite, junto a leones, caballos, y frases estereotipadas. Las tejen por pedido especial, para su uso personal, de sus familiares, o para hacer un regalo, variando los motivos. Las alforjas que aparecen en los mercados regionales y aquellas “en fondo blanco” muestran diferencias notables en todos los aspectos.

La muestra presentada en la Universidad del Pacífico, es de alforjas creadas desde mediados del siglo pasado, elaboradas a mano por artesanas de zonas rurales, con herramientas tradicionales y recursos como el algodón, con técnicas que hasta la fecha se encuentran vigentes. Proceden de las colecciones del Museo Nacional de la Cultura Peruana.

- Alforja de algodón, decoración flores y ramas. Monsefú, Lambayeque.
- Alforja de algodón, decoración geométrica. Monsefú, Lambayeque.
- Alforja de algodón, diseño flores. Monsefú, Lambayeque.
- Alforja de algodón, fondo blanco. Monsefú, Lambayeque.
- Alforja de algodón, listas azules. Monsefú, Lambayeque.
- Alforja de algodón, listas ocres. Cajamarca.
- Muñeco, porta alforja. Catacaos, Piura.
- Alforja de algodón, diseños rombos azules. Ancash.
- Alforja de algodón, diseño de pavos. Chota, Cajamarca.
- Alforja almudera. Chota, Cajamarca.
- Alforja. Sinsicap, Otuzco, La Libertad.

Lima, junio 2009

(*) Extracto del folleto de exposición.

martes, 28 de agosto de 2012

Exposición Celebración de oficios y tradiciones: arte popular del norte peruano







Fotografías (de arriba-abajo):
1. Afiche de la exposición Celebración de oficios y tradiciones: arte popular del norte peruano (28 de agosto-7 de octubre, 2012). Archivo ICPNA. 2012.
2. Banderola de la exposición. Archivo ICPNA. 2012.
3. Mate decorado, arcángel Gabriel de Cajamarca de mediados del siglo XIX (colección Vivian y Jaime Liébana) y Rafael. Fuente: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/cultura/oficios-y-tradiciones_118683.html
4. Limosnero. Plata. Segunda mitad del siglo XVIII. Colección Vivian y Jaime Liébana. Fuente: http://www.limagris.com/?p=8879
5. Exvoto. Plata. Motupe, región Lambayeque. Colección Vivian y Jaime Liébana. Archivo ICPNA. 2012.


Inauguración: martes 28 de agosto; 7 p.m.
Galería Germán Krüger Espantoso

El Instituto Cultural Peruano Norteamericano en convenio con la Universidad Ricardo Palma presenta la novena exposición del proyecto de arte popular. Esta notable exhibición, curada por la investigadora Marcela Olivas, Directora del Museo Nacional de Chavín, pretende reunir una muestra representativa de la producción artística de los territorios del norte del Perú: Amazonas, Cajamarca, La Libertad, Lambayeque, Piura y Tumbes, manifiestas en objetos de uso utilitario, ritual y festivo.

Cabe destacar que el objetivo de la presente edición de arte popular es mostrar, a través de hermosas piezas, la continuidad de los oficios de esta zona del país,  como el del talabartero, el herrero, el platero, el tejedor, el alfarero, entre otros. “En la actualidad, las tradiciones artesanales del norte se insertan dentro de un bagaje cultural heredado de padres e hijos en el seno familiar y en talleres especializados” anota Marcela Olivas en su texto de curadora.

Lo que se verá en la Galería principal del ICPNA está conformado por: objetos utilitarios como textiles (mantas, polleras, ponchos), alforjas (rescatándolas como expresiones artísticas de un sistema de comunicación textil), paños de leche, etc. Mención especial tendrá el uso del algodón nativo del país cuya tecnología se remonta desde hace 4000 años. Se incluyen también máscaras, objetos utilitarios en plata y cuero y otros en piedra; mención especial merecen los mates, cuya diversidad de formas, responden a una función específica, rescatándose sus nombres en muchik.

Y todo ello distribuido en diez secciones: “Devoción popular” (cruces, retablos, lápidas, urnas y otros objetos de culto doméstico), “Platería” (piezas de culto popular como los ‘Milagros’ y trabajos en filigrana pertenecientes al Patronato Plata del Perú), “Caballo de paso” (accesorios como la brida, monturas, tapaojos, fustes y espuelas), “Fibra vegetal” (sombreros de paja, caballito de totora, canastas y chuspas), “Lana” (pellones, mantas, chal, frazadas, ponchos, bolsas y tapetes), “Algodón” (paño de leche, alforjas, fajas y ponchos), “Mobiliario doméstico” (bancos awuajún, sillas, baúles, paneras, chocolateras, juguetes, bastones, peines, entre otros), “Barro del norte - Cerámica” (jarras, botellas, cántaros, platos, candelabros), “Fiestas y tradiciones” (máscaras, trajes e instrumentos musicales) y “Mates” (cantimploras, potos, lapas).

La inauguración se llevará a cabo el martes 28 de agosto a las 7:00 p.m. en la Galería Germán Krüger Espantoso (Av. Angamos Oeste 120) y estará abierta hasta el  7 de octubre. El horario de visita es de martes a domingo de 11:00 a. m. a 8:00 p. m. Además, en el transcurso de la muestra la curadora realizará dos visitas guiadas. El ingreso es libre.

Sobre la curadora
Marcela Olivas Weston, es actual Directora del Museo Nacional de Chavín, docente universitaria, consultora y curadora de exposiciones de artesanía. Es Licenciada en Ciencias Sociales con especialización en Arqueología de la UNMSM. Ha participado en excavaciones en distintos sitios arqueológicos del Perú. Ha dirigido el Instituto Regional de Cultura de Cajamarca y de Antares, Artes y Letras.  Es autora de Marcahuasi, montaña sagrada (CONCYTEC, 1988); De huacas y gentiles, Peregrinaciones en el Perú; Arte Popular de Cajamarca (2003); Dulces y licores de Cajamarca (2004); Fiestas Populares de Cajamarca y CAJAMARCA El sabor del mestizaje (USMP, 2009). http://www.youtube.com/watch?v=Bk86_cOdHcI

Iniciativa por el arte popular peruano
En los últimos años, el Instituto Cultural Peruano Norteamericano y la Universidad Ricardo Palma han unido esfuerzos para realizar grandes exposiciones y la edición de publicaciones en torno al arte popular peruano cuyo objetivo es investigar y difundir los valores artísticos e históricos de las creaciones en el interior del país. De esta manera, se han dedicado valiosas muestras en torno a expresiones artísticas como los mates burilados, la platería tradicional, la cerámica vidriada y el retablo ayacuchano.

Sin embargo, a partir de la edición 2010, la propuesta ha sido orientada a su revalorización de acuerdo a zonas geográficas. Es así que esta nueva etapa, reunió en el 2011 las piezas más representativas del arte popular del departamento de Ayacucho, el 2012 estuvo dedicada a una zona del ande peruano rica en tradiciones y manifestaciones culturales como es la Sierra Central. Ahora el centro de interés del arte popular gira en torno a los oficios y tradiciones de la zona norte del país.


Fuente: Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA)


lunes, 30 de julio de 2012

Textiles de Huamachuco





Fotografías (de arriba-abajo): Diego Yrivarren Valverde. 2009.


Por Diego Yrivarren Valverde

En Huamachuco, en la sierra de La Libertad, descendientes de ancestrales tejedores imperiales elaboran actualmente bellísimas mantas, bolsos, cinturones y demás productos hechos a mano que llaman la atención del mundo entero.

Las mantas de Huamachuco y los cinturones representan tradiciones que han existido durante siglos, desde tiempos prehispánicos. Los bordados tienen motivos andinos, con las técnicas ancestrales, pero esto lo insertan de forma estilizada, reinterpretando y creando. El mundo ya empieza a conocer la moda peruana.

En los magníficos tejidos huamachuquinos se aprecian los distintos diseños y motivos que los tejedores han plasmado, observándose una evolución de los diseños desde los motivos prehispánicos de rayas, bandas, cuadros, ajedrezados y cocos, hasta los diseños más complejos por la influencia occidental de las revistas.

La textilería peruana y las técnicas de producción autóctonas son manifestaciones vivas las cuales se desarrollan en el campo del diseño de diversos productos que están de moda, puesto que esta actividad es una especialidad artística.

El Perú es un país que tiene una tradición milenaria en cuanto a tejido como lo demuestran los tejidos Paracas, por ende, hay que mirar lo nuestro. El reto es forjar una identidad cultural en la moda.

En nuestro país hay una enorme riqueza cultural que puede ser aprovechada perfectamente, ya que hay una corriente “peruanista” en la moda, que se sigue no sólo porque es distinto a los demás. Lo peruano es exitoso. Así como predomina también lo ecológico y alternativo, esta moda tiene una gran belleza y distinción.

(*) Publicado originalmente el 26 de diciembre de 2009 en: http://diversidadfotografica.blogspot.com.es/2009_12_26_archive.html


martes, 17 de julio de 2012

San Isidro Labrador, el patrón de las mil frutas en Moche


Fotografía:
1. San Isidro labrador de Moche (Trujillo, región La Libertad). 2012. Fotografía: Amancio Sánchez. Fuente:
http://www.rpp.com.pe/2012-03-24-san-isidro-labrador-el-patron-de-las-mil-frutas-en-moche-noticia_464688.html



Por Lady Villanueva


·    La fiesta en honor a San Isidro Labrador de Moche se considera una de las más largas porque se inicia en marzo y concluye en mayo.

·    Agricultores de Moche ofrecen sus mejores productos para una buena cosecha en la siguiente temporada de siembra.


Desde el 18 de marzo hasta el 15 de mayo, el histórico distrito de Moche vive su fe con generosas donaciones de frutas y productos agrícolas a San Isidro Labrador.

Una de las celebraciones religiosas más largas del país ocurre en el distrito de Moche, ubicado a 15 kilómetros de la ciudad de Trujillo (La Libertad) durante la “Fiesta de San Isidro Labrador”, tradicional fiesta que se origina en la colonización española y mezcla la historia, la creencia, veneración y arte popular con una duración de 58 días y abarca los meses de marzo, abril y mayo.

Cuenta la tradición, que la imagen de San Isidro fue traída de España por Fray Toribio de Mogrovejo y llegando al valle de Moche en 1578 en su trayecto hacia Huaraz -a donde había sido destinada- al pasar por este valle y percibir el aire puro de sus campiñas, el religioso decidió dejarlo en el pueblo de Moche, según información difundida por la Hermandad de San Isidro Labrador de la Parroquia Santa Lucía de Moche.

Desde 1750, la Cofradía de San Isidro instaura la peregrinación donde decenas de fieles mocheros sacan al santo en procesión luego de una misa denominada del “Buen Viaje” seguido de banda de músicos, la “danza de los diablos”, servidores del santo quienes solían robar las mejores siembras de la campiña para ofrecerlas al santo cuando se inicia la procesión, además de las tradicionales Negras de Calazán.

Durante 58 días, San Isidro Labrador ataviado de su indumentaria tradicional -compuesto de sombrero de paja, capa y palana- recorre la campiña de Moche donde “los esperadores” lo reciben con altares y grandes arcos de fruta en señal de ofrenda pues de acuerdo a la creencia mochera su paso por estas tierras es garantía de una buena cosecha, abundancia en agua y la unión de todos los campesinos.

En su día central, el 15 de mayo, ingresa nuevamente al pueblo de Moche donde se oficia una misa especial en la Iglesia principal, los creyentes esperan con un altar y un arco adornado con las mejores frutas y bebidas de la zona como ofrenda y agradecimiento de la buena cosecha que al final son repartidos entre los devotos y los diablos mocheros que "mueren" apenas comen las frutas benditas.

Otra actividad resaltante en honor al santo es la faena agrícola que congrega a decenas de agricultores quienes durante el día sembrarán maíz en un terreno donado por un poblador.

Además, en el programa festivo figura la Feria Patronal San Isidro Labrador, verbena artística cultural, quema de juegos artificiales, entre otros.

La celebración es acompañada de la famosa sopa teóloga, cuyes, cecina y el tradicional cabrito norteño.

Dato
Según la historia, el 15 de mayo de 1082 nace San Isidro Merlo y Quintana, nombre en devoción al arzobispo de Sevilla. Desde temprana edad se inclinó al catecismo y actos litúrgicos, dedicándose diariamente a la agricultura y ganadería. Murió a los 90 años, cuarenta años después, delegados de la Santa Sede examinaron su sepulcro comprobando su incorruptibilidad y el Papa Gregorio XV lo canonizó como San Isidro.



viernes, 15 de junio de 2012

Navegando los mares en el caballito de totora








Fotografías (de arriba-abajo)
1. Vasija representando un caballito de totora con forma de pez mítico. Moche Fase III – IV, 100 a. C. – 600 d. C., Intermedio Temprano.
2. Vasija representando a pescadores sobre un caballito de totora. Cultura Lambayeque, 1000 d. C. – 1200 d. C., Intermedio Tardío.
3. Pescador en caballito de totora. Huanchaco, Trujillo.
4. Grupo de pescadores sobre caballitos de totoras. Huanchaco, Trujillo.
5. Conjunto de caballitos de totora. Pimentel, Chiclayo - Lambayeque. Fuente: http://www.peru-tours.com.pe/north_peru/chiclayo_arqueologico_tour_3dias.htm
6. Rafael Ucañán Arzola (pescador) construyendo un caballito de totora (detalle de cómo une fuertemente el bastón “hijo” con la madre). Fuente: http://www.viajeroperuano.com/como-se-hace-un-caballito-de-totora/
7. Rafael Ucañán y su hermano junto al caballito de totora culminado en 30 minutos. Fuente: http://www.viajeroperuano.com/como-se-hace-un-caballito-de-totora/



Por Sirley Ríos Acuña


Uno de los símbolos identitarios de la costa norte del Perú es la ancestral embarcación marina conocida como “caballito de totora”, y que en lengua muchik se conoció con la denominación tup.

Esta balsa de totora según las evidencias arqueológicas actuales se remonta aproximadamente entre 3 a 5 mil años.

Relatos antiguos refieren que el gran Takaynamo, fundador mítico de la cultura Moche, llegó a tierras norteñas navegando en un caballito de totora. La iconografía y la cultura material dejado por los Moches y Chimús dan cuenta de su uso en faenas pesqueras cotidianas y asociadas a rituales marinos.

La materia prima de estas balsas es la totora (Scirpus californicus) que crece de manera natural a más de 2,000 m.s.n.m., y llegan a tener de tres a cuatro metros de alto. En época de los Chimú fue cultivada en el entorno de la ciudadela de Chan Chan en lagunas artificiales llamadas wachaques. Desde entonces Huanchaco (Trujillo) se convirtió en la más importante caleta de pescadores a caballito de totora que abastecieron de pescado a los poblados aledaños.

La técnica de elaboración se ha transmitido de  generación en generación. Consiste en cortar los tallos de totora y remojarlos en agua  para evitar que se quiebren, luego se dejan secar al sol para proceder a juntarlos en dos cuerpos curvados que se atan con sogas del mismo junco o modernamente con cordeles sintéticos “piola”. Finalmente, se le da la forma adecuada mediante el recortado. La zona más ancha es la popa que presenta una cavidad destinada a depositar la pesca o los alimentos y los aparejos del pescador, mientras que la proa es estrecha y curva. El caballito mide entre 3 a 4 metros y pesa estando seca aproximadamente 40 kilos. Complementa a la balsa un remo hecho por lo general de caña de Guayaquil partida a lo largo.

Los caballitos de totora no suelen durar más de un mes por el tipo de material y el desgaste en el uso, motivo por el cual se renuevan cada cierto tiempo. Los encargados de esa labor son dos hombres expertos quienes se demoran 30 minutos en armar un caballito.

Una escena cotidiana en Huanchaco desde la época pre-inca es la faena de los pescadores sobre sus caballitos en posición de rodillas o con las piernas hacia delante que luego de la jornada de pesca llevan sus balsas sobre el hombro y las colocan en hileras sobre la arena con las proas mirando al cielo. Según la tradición el pescador que no pueda cargar su balsa no debería adentrarse al mar porque no sería capaz de controlarlo.

Cabe señalar que hoy en día aún se usa no sólo para la pesca mar adentro, a pesar de la presencia de botes modernos, sino en algunas tareas cercanas a la playa como la colocación de chinchorro y la revisión de las trampas para el cangrejo y la langosta.

El caballito de totora fue declarado el 2003 Patrimonio Cultural de la Nación por ser expresión de la cultura viva del litoral del norte peruano.

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RESOLUCION DIRECTORAL NACIONAL N° 648/INC

Lima, 27 de agosto de 2003

                                                                       VISTO, el Oficio N° 1409-03-INC-DRC/LL-D de la Dirección Regional de Cultura La Libertad, y

                                                                       CONSIDERANDO:

                                                                       Que, el artículo 21° de la Constitución Política del Perú, señala que es función del Estado la protección del Patrimonio Cultural de la Nación;
                                                                       Que, el artículo 6° de la Ley N° 24047, “Ley General de Amparo al Patrimonio Cultural de la Nación” establece que el Instituto Nacional de Cultura está encargado de proteger y declarar el Patrimonio Cultural Arqueológico, histórico y artístico, así como también las manifestaciones culturales orales y tradicionales del país;
                                                                       Que, el Instituto Nacional de Cultura en cumplimiento de la función que le asigna la Ley, y con la participación activa de la comunidad, viene realizando una permanente identificación de las manifestaciones tradicionales del país que deben ser declaradas Patrimonio Cultural de la Nación;
                                                                       Que, mediante Expediente N° 00621-2003/INC-LL, la Asociación Nacional de Rescate Ecológico y Cultural (ANREC), ha solicitado la Declaración de Patrimonio Cultural de la Nación para el “Caballito de Totora”;
                                                                       Que, mediante Informe Técnico N° 165-20043-DDD-LL/DCPM-DMA, la Dirección Regional de Cultura La Libertad, opina por la necesidad de la Declaración del Patrimonio Cultural de la Nación del “Caballito de Totora”, en razón de que dicha embarcación es expresión de la Cultura viva que caracteriza a las comunidades asentadas en el litoral del norte peruano y su reconocimiento significa la continuidad de la sabiduría y tecnología ancestral, contribuyendo a la formación de la identidad regional y nacional;
                                                                       Estando a lo visado por la Dirección de Registro y Estudio de la Cultura en el Perú Contemporáneo, la Oficina de Asuntos Jurídicos y la Dirección de Gestión;
                                                                       De conformidad con lo dispuesto en la Ley N° 24047, “Ley General de Amparo al Patrimonio Cultural de la Nación”, Decreto Supremo N° 017-2003-ED que aprueba el Reglamento de Organización y Funciones del Instituto Nacional de Cultura;

                                                                       SE RESUELVE:

                                                                      ARTICULO UNICO.- DECLARAR  Patrimonio Cultural de la Nación al “CABALLITO DE TOTORA”, embarcación considerada como expresión de las manifestaciones tradicionales de la Cultura viva que caracteriza a las comunidades asentadas en el litoral del norte peruano y que contribuye a la identidad regional y nacional.

                                                                      REGISTRESE, COMUNIQUESE Y PUBLIQUESE.